martes, 12 de agosto de 2008

El fracaso del Anarquismo en el movimiento inquilinario Veracruzano de los años 20´s


Introducción

La ciudad de Veracruz fue por más de cuatro siglos, la puerta de entrada y salida de México. Una entrada muy singular, considerando que no sólo han pasado objetos, mercancías y riquezas, sino también cosas intangibles como las ideas. Pero la Transformación del extranjero en Jarocho, del jarocho del siglo XX, deviene de un proceso arduo y difícil de explicar, ya que tuvo su caldo de cultivo en los cambios intelectuales del siglo XX: comunismo, socialismo y anarquismo.
Esto, aunado a las transformaciones sociales vividas en la ciudad en los inicios del siglo pasado, -revolución, invasiones e identidad-, probó ser efectivo para amalgamar lo que Andrew Grand Wood llamó el “Nacionalismo popular”. Estos procesos y acontecimientos llegaron incluso a inquietar a la clase dominante del altiplano y provocar de nueva cuenta una intervención extranjera (España y E.U.) 
El juego de poder de líderes pro socialistas regionales como Adalberto Tejeda, la probable intervención de fuerzas extranjeras ante las amenazas de los bienes de los súbditos españoles y los ciudadanos americanos, así como el constante crecimiento de simpatizantes del carismático líder anarquista Heron Proal, dieron como consecuencia los trágicos hechos de julio de 1922. 
El movimiento anarco-sindicalista siguió vivo hasta el año 1925, cuando el tiempo y el encarcelamiento de sus líderes mitigaron su creciente espectro y de éste solo quedó el vivo recuerdo en la memoria colectiva de los más comprometidos. Junto a estos factores disuasivos, vino a engrosar el polvo del olvido el factor distracción, enarbolado por el inicio de las fiestas del carnaval organizadas por las autoridades municipales y el estamento burgués. 
¿Por qué no prosperó el movimiento inquilinario? ¿Que impidió el triunfo del proletariado-lupem? Acaso la jarocha contextura, formada en el crisol de las luchas revolucionarias y las intervenciones extranjeras, fue fracturada por el elemento distractor del carnaval ¿Cayó acaso el movimiento proletario y social bajo la bota del Imperio del Rey Momo y de su majestad el Danzón? 
El presente trabajo pretende abarcar, desde los antecedentes de los movimiento sociales en Europa y Norteamérica que dieron origen a los procesos de desarrollo de los pensamientos filosóficos, una breve descripción de los términos anarquismo, comunismo y socialismo, para llegar a el movimiento inquilinario de los años 20 en la ciudad de Veracruz y su respaldo teórico filosófico, con el fin de dar respuesta a las interrogantes antes mencionadas, utilizando la experiencia de la sociología comprensiva de Max Weber. 

Capítulo 1. Antecedentes. Conceptos de comunismo, socialismo y anarquismo. 
El Comunismo es una concepción ideal basada en la completa igualdad entre los individuos y en la ausencia de la propiedad de los bienes. El vocablo fue utilizado por Marx en el manifiesto comunista de 1848, elegido por Engels para subrayar que se trataba de un movimiento de la clase obrera (proletariado), a diferencia del socialismo burgués.
En el socialismo marxista, pese al manifiesto y a la definición de Marx del comunismo como la consecución final de una sociedad sin clases, el término comunismo no fue empleado habitualmente hasta la Revolución Rusa de 1917. 
El objeto de la Internacional Comunista era promover la revolución política del proletariado internacional, organizado en partidos comunistas, derrocar al capitalismo y crear republicas soviéticas. 
El socialismo es la teoría, doctrina o práctica social que propugna la posesión pública de los medios de producción y su administración también pública en pro del interés de la sociedad en general y no a favor de clases o grupos particulares. 
El anarquismo es una doctrina y movimiento que promueve la autonomía e igualdad de cada persona y su asociación directa. Es contrario a la existencia de cualquier relación humana de dominación que considere indeseable. 
Los anarquistas defienden la legitimidad de todo pacto libre y el derecho a la libre asociación entre personas adultas en igualdad de derechos y obligaciones, considerándolo un acuerdo legítimo que debe ser respetado tanto por las partes como por terceros. Un anarquista destacable en México fue Ricardo Flores Magón. 

El anarquismo español como semilla del germen inquilinario jarocho. 
En los países industrializados de Europa, principalmente en Francia e Inglaterra donde era mayor la tradición del movimiento obrero, sobresalieron a finales del siglo XIX, dos corrientes del pensamiento proletario: el socialismo y el anarquismo. 
El anarquismo halla su principal promotor en la figura de Anselmo Lorenzo quien, al igual que franceses e italianos, se oponía a la tesis de Marx. Esto se debe a que el anarquismo encuentra en España un terreno propicio, porque allí su tendencia federalista se confunde con las aspiraciones separatistas que prevalecen en muchas partes del país, Cataluña en particular. Por eso Barcelona se convierte en el centro de gravedad de la federación. Desde el año de 1872, el movimiento anarquista español es muy vigoroso, cuenta con 236 sindicatos y 20,000 miembros. 
Las ideas sociales del proletariado llegaron a Veracruz, naturalmente, con los europeos: alemanes, franceses, italianos, pero principalmente con los inmigrantes españoles, que eran mayoría de la comunidad extranjera en la ciudad. 

La Revolución Mexicana, como un movimiento social democrático y burgués. 

Los radicales que lideraban los partidos de izquierda consideraban que la revolución mexicana había sido una revolución democrática burguesa, pues su líder principal, el mártir Madero, pertenecía a los estratos burgueses acomodados. La crisis que siguió al asesinato del apóstol de la democracia motivó a los grupos que detentaban el poder a buscar el fiel de la balanza. Lo encontraron en la figura del sonorense Álvaro Obregón. 
En este tenor, ante la crisis política y económica que atravesaba el país debido al descenso de la producción por el conflicto revolucionario y la situación económica mundial resultado de la primera gran Guerra, los líderes revolucionarios tratan de pactar con los estamentos reales de poder para lograr sacar al país de la crisis post revolucionaria. 
Para 1922 la revolución comienza su fase constructiva de acuerdo a los intereses de la burguesía que intenta institucionalizar el capitalismo como sistema de vida nacional (García Mundo: 9). 
De esta manera y ante las presiones del gobierno norteamericano, la burguesía mexicana se transforma en una clase intermediaria de la burguesía del país vecino. 

Capítulo II. El contexto jarocho. El crecimiento de la ciudad de Veracruz, 1873-1902. 
Entre los años 1873 y 1902, el crecimiento de la ciudad de Veracruz tuvo su mayor auge debido al nuevo ferrocarril, las obras del puerto y las facilidades del crecimiento urbano debido al derribo de la muralla (Grantwood Andrew).  
Miles de trabajadores de diversas partes del país, así como extranjeros, llegaron a la aún ciudad amurallada a fin de participar del milagro mexicano, con las grandes obras de comunicación. Así vieron perfilarse los caminos de hierro, el recinto portuario y las grandes obras de infraestructura como el faro, los edificios de telégrafos y correos, la aduana marítima y también como elemento disuasivo el, en aquel entonces moderno, recinto penitenciario Ignacio Allende. 
De acuerdo con García Mundo, entre los años 1900 y 1910, la población de la ciudad de Veracruz aumenta de 29,164 a 48,633 personas, más del 65%, y la elevación de la rentas aumenta en un 500%. 

Las consecuencias culturales de la invasión norteamericana de 1914. 
La ocupación de la ciudad por parte de las tropas norteamericanas en el año de 1914, de acuerdo a Andrew Grand Wood, trajo como consecuencia secuelas culturales en la población, como la adecuación de espacios de viviendas, insuficientes servicios de salubridad y salud, así como el nacimiento de un nacionalismo popular, derivado del abandono por parte de las fuerzas federales de la plaza y la defensa de la población civil. 
Posterior a la ocupación, fue necesario ubicar a las tropas constitucionalistas que en su momento formaron el gabinete para hacer de la ciudad, por segunda ocasión, capital de la República. 

El problema del alquiler en la ciudad de Veracruz. 

La necesidad de espacios habitacionales condujo a una minoría acaudalada a emprender el lucrativo negocio de la renta de habitaciones. Gracias al espíritu emprendedor de los empresarios peninsulares, pero también a su codicia desmedida, cobraron vida los despojos de madera de los barcos y el lastre de los barcos, convirtiéndose en paredes y techos de los nuevos recintos habitacionales, conocidos como los patios de vecindad. 
Así, a extramuros, como era conocida la zona exterior del actual Centro Histórico de la ciudad de Veracruz, empezó el crecimiento de estos patios, cuartearías diminutas en las que una familia de varios miembros podía compartir el pan y la sal, mientras luchaba por no morir de sofocación ante las altas temperaturas que suelen ser características de la zona. 
Los costos de la renta por una buhardilla eran excesivos, mayores que otros lugares de la República. El costo de un cuarto en el año de 1910 era de $10 pesos, para el año de 1920 era de $30 y $35 pesos. (Andrew Grant: 11). 
El mismo investigador hace un análisis de la situación de los salarios pues. El salario general estaba entre $1.10 y $3.00 por jornadas de más de ocho horas. En cambio el gobierno federal y municipal para ganarse la simpatía de la clase burócrata había aumentado los sueldo para el año de 1922, quedando de la siguiente manera: $800.00 magistrados, alcalde $500.00, ediles $300.00 mensuales. 

Cronología previa al 5 y 6 de julio de 1922. 

Desde el siglo XIX los obreros mexicanos se unen al mutualismo, para tratar de defender sus derechos y mejorar sus salarios. Veamos esta cronología.  
1906-1907.- Influencia de los hermanos Flores Magón, huelga de Cananea y Río Blanco.

1912.- Se crea la Casa del Obrero Mundial en Veracruz.

1915.- Intentos de formar un partido socialista en Veracruz.

1916.- Congreso preliminar Obrero.

1919.- Se crea la Federación de trabajadores del puerto de Veracruz.

1919.- Agosto-septiembre, se lleva acabo el Congreso Socialista.

1922.- El Congreso Anarquista invita a comunistas y obreros progresistas a unirse a su causa por los inquilinos.

1922.- Febrero 3. Reunión fallida de las autoridades municipales por controlar el Sindicato de Inquilinos. Biblioteca del Pueblo de la ciudad de Veracruz.

1922.- El partido comunista nombra a Heron Proal dirigente del movimiento inquilinario.

1922.- 5 de febrero. Se crea el sindicato revolucionario de inquilinos. Secretario general: Oscar Robert, secretario del interior: Heron Proal.

1922.- 5 y 6 de Julio. Intento de escisión del sindicato de Inquilinos por parte de Francisco de Olmos, enfrentamiento con las fuerzas federales, detención de los líderes inquilinarios. 

Capítulo III. El movimiento inquilinario de la ciudad de Veracruz. 

Los protagonistas 

Febrero de 1922.- Un grupo de prostitutas se niega a pagar las rentas a los caseros, desencadenado un movimiento social sin precedente en la historia de la ciudad y el país. 
Esta historia cuenta con sus protagonistas, los miembros del movimiento anarquista local y del Partido Comunista Mexicano, quienes se unen para fundar el Sindicato Revolucionario de Inquilinos (Grantwood). 
Al principio, las demandas son sencillas. Solicitan una reforma específica de las leyes de alquiler, pero se ven radicalizadas por demandas influidas por las ideas radicales: la abolición de la propiedad privada, la emancipación de los obreros y la eliminación del Estado. 

Los propietarios 
En este rubro quedan, en primer término, los propietarios de fincas que arrendaban a las clases más pobres de la ciudad en condiciones deplorables, bajo el concepto cínico de “a menor inversión mayor ganancia”. También, los propietarios de fincas urbanas, sobre todo las de extramuros: levantaban cuarterías para arrendar a precios elevados con materiales de desecho, como la madera de pinotea americana y las lozas que servían de lastre a los barcos. 
Entre estos propietarios se tiene noticia de los hermanos Cangas y de José García Suero. Otros empresarios acomodados eran José Meléndez, dueño de cafeterías y hoteles como el Diligencias, el Bardo Salvador Díaz Mirón y la familia Malpica dueña del Diario el Dictamen, quien combatía desde su tribuna a los “descamisados jarochos”, poniéndole el mote del “viejo dinamitero” a Herón Proal. 

Adalberto Tejeda Olivares. 
Nació en la Villa de Chicontepec, Veracruz, el 28 de marzo de 1883. En diciembre de 1913, junto con un grupo de hombres, se incorporó a las fuerzas revolucionarias de Alfredo Aburto Landero que había atacado Chicontepec. Allí obtuvo el grado de Capitán Primero de Caballería,  quedando bajo su custodia la misma población. 
En 1914 siguió desarrollando actividades militares en toda la Huasteca veracruzana, donde obtuvo el grado de Mayor. Más adelante, al triunfo de las tropas de Cándido Aguilar, Gobernador y comandante Militar de Veracruz, se le otorgó la Jefatura del estado Mayor de la Primera División de Oriente, ascendiéndolo a Teniente Coronel. 
Resultó electo Diputado al Congreso Constituyente de Querétaro aunque no concluyó el mismo. En marzo de 1917 fue designado Senador al Congreso de la Unión y obtuvo poco después la gubernatura de Veracruz en dos ocasiones: el primer periodo, del 1° de diciembre de 1920 al 30 de noviembre de 1924; y el segundo, del 1° de diciembre de 1928 al 30 de noviembre de 1932. 
En el intermedio de sus gestiones se desempeñó como Secretario de Comunicaciones durante la administración presidencial de Plutarco Elías Calles, puesto que ocupó sólo unos meses, porque pasó a tomar posesión de la Secretaría de Gobernación en donde se mantuvo de 1925 a 1928. 
Al concluir su gestión como Gobernador Constitucional de Veracruz, el Partido Socialista de las Izquierdas lo postuló como candidato a la Presidencia de la República, siendo derrotado en las elecciones por Lázaro Cárdenas del Río. Como consecuencia de este revés político, se retiró brevemente de la escena pública para dedicarse a la explotación de minas de cobre, plata y oro. 
Fue hasta 1935 cuando retornó para aceptar diversas comisiones. En ese año, el Presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río, lo designó para encargarse de la selección de la adquisición de equipos, maquinaria y laboratorio para el Instituto Politécnico Nacional. En 1936 fue nombrado Ministro Plenipotenciario de México ante el Gobierno francés; en 1938, se le acreditó como Embajador de México ante el Gobierno republicano español y en 1942 se desempeñó como embajador de México en París. 
En mayo de 1948 fue ascendido a General Brigadier a la vez que solicitaba su baja del ejército para retirarse a la vida privada. Falleció en la Ciudad de México, el 8 de septiembre de 1960. 

Herón Proal, ¿el adalid de los pobres? 

Herón Proal Islas nació en Tulancingo, Hidalgo, el 17 de octubre de 1881. Trabajando en la Ciudad de México le dio por leer libros disolventes. En 1897 se alistó en la Armada Nacional, la que abandonó en 1903, alcanzando el grado de cabo de primera y artillero de cañón, habilitado contramaestres. 
Se dice que en la marina quizá aprendió el oficio de sastre, y fue en Veracruz que instaló su negocio, donde confeccionaba uniformes y cachuchas de marinero (García Mundo: 63).

Proal se hizo amigo de un activista de apellido Montoya, que había sido expulsado de Venezuela, Cuba y otros países por sus ideas radicales. Vivía en casa de Proal y lo ayudaba en la edición de un diario dirigido a los trabajadores. 
De acuerdo con García Mundo, había dos polos, los que lo amaban y los que lo censuraban por ser “un líder que antes había fracasado en todo”. José García Suero le ofreció medio millón de pesos para que abandonara Veracruz. “Tráigame las escrituras de los patios de vecindad a favor de los inquilinos y me voy inmediatamente sin ninguna recompensa”. 
Lo cierto, dice García Mundo, es que Proal ante las masas en lucha, con su único ojo sano brillante, dominaba e imponía, más aún, poseía la rara facilidad de que están dotados los oradores de palabras incendiarias y fuerza pasional, unido al carácter jarocho y el clima de euforia. 

María Luisa Marín y el Movimiento femenil. 
María Luisa Marín llegó a Veracruz en la primavera de 1922, y de inmediato formó un grupo anarquista llamado Federación de Mujeres Libertarias (Andrew: 5) Con este grupo integró un frente unido que visitaba los mercados locales para instigar a las servidoras domésticas a integrarse al movimiento. 
Se dice, de manera infundada, que ella era la amante de Herón Proal, pues esta mujer coordinó varias actividades en el Sindicato Revolucionario que dirigía Herón. 

Las víctimas del 5 y 6 de julio de 1922 

Los cruentos hechos del 5 y 6 de julio de 1922 tuvieron lugar en el Centro Histórico del puerto de Veracruz, y fueron desatados por un conato de escisión en el Sindicato Inquilinario. Un miembro destacado del mismo, José de Olmos, joven marmolista del puerto, pidió cuentas del dinero que ingresaba al Sindicato. 
De Olmos no estaba tan equivocado en su apreciación, pues efectivamente parte de los fondos económicos del Sindicato de Inquilinos sirvieron para que una Comisión Organizadora, con Úrsulo Galván a la cabeza, constituyeran la organización y la defensa del campesinado veracruzano. 
La actitud de De Olmos molestó a Herón Proal, quien convocó a sus adeptos para acabar con el movimiento subversivo, lo que derivó en una persecución que casi acaba con la vida del disidente. Este conflicto interno del Sindicato se propagó entre los distintos grupos, iniciándose una lucha campal, que no respetó a los ciudadanos honestos y pacíficos de la ciudad. Ante tal anarquía -y posible saqueo del puerto-, intervino decididamente el ejército.
Como consecuencia, entre la noche del 5 y la mañana del 6 de julio, Veracruz puerto amaneció con múltiples heridos y muertos, hombres, mujeres y niños, fueron las víctimas del conflicto entre los dos grupos del Sindicato Inquilinario. 
Los problemas con Herón Proal no terminarían en esa fatídica fecha. Años mas tarde, en febrero de 1924, las acciones anarquistas del Sindicato estuvieron a punto de ocasionar una tercera invasión norteamericana. Esta fue impedida gracias al aplomo del General Camerino Arrieta, quien con valentía y a pesar de pertenecer al bando rebelde de los delahuertistas, mantuvo a raya a las huestes de Herón Proal, quienes se disponían a iniciar un desenfrenado saqueo del puerto ante la ausencia de autoridades militares, en aquellos fatídicos días de la rebelión de Adolfo de la Huerta (1923-1924.) 

Capítulo IV. El carnaval de 1925 como distractor social. 
El grupo oligarca veracruzano debía actuar pronto para mantener su status, pues la situación económica no era alentadora después de los sucesos de finales del año 1923 y principios del 24, que consistieron en la intentona fallida de llevar al poder a Adolfo de la Huerta. 
El apoyo de Adalberto Tejada al bando Callista, la salida de la escena política del jefe de operaciones militares Guadalupe Sánchez, dio la pauta para que los encargados de manejar los hilos del comercio pensaran en la salida pacífica y el efecto que debía de tener un elemento disuasivo en el grueso de la población (García Morales). 
De ahí que a pesar de la situación económica nacional y local, el año 1925 los bailes de Carnaval salieran a la calle. Este fue el inicio de la masificación de los carnavales veracruzanos. El día 21 de febrero de 1925 dieron inicio las fiestas del carnaval, sólo suspendidas el día 22 por el aniversario luctuoso del apóstol de la democracia Francisco I. Madero. 
Bailes, música, paseos acuáticos, venta de aguardiente, produjeron un anodino efecto en el grueso de la población, sin que el estamento oligarca perdiera el control y la trasmisión indirecta del mensaje sobre el proletariado al nombrar Rey y Reina (Lucha Raygada) del festejo, estableciendo de cortes y designando como punto de partida de los festejos la Lonja Mercantil, símbolo del dominio hispánico en el puerto. 
Dispersados o encarcelados los miembros activos, los fundamentos filosóficos radicales y de izquierda fueron pasados a un plano sin importancia, motivo por el cual se dieron casos denigrantes como cuando el Partido Laborista de Obreros y Campesinos participó con un contingente durante el desfile con un anuncio que decía: “¡Viva la reina del carnaval!”, el cual tuvo un costo de $500.00 (Silva, 1993). 

Conclusiones

El movimiento inquilinario fue víctima de los intereses de los diversos grupos políticos que luchaban por el poder dentro del escenario regional y nacional. La concepción ideal consistía en la consolidación de la Colonia Comunistra propuesta por Herón Proal, la cual no pudo concretarse por la situación política nacional (enfrentamiento entre gobierno Estatal y Federal) y la presión de los grupos oligárquicos que veían en peligro sus privilegios. 
Ley Inquilinaria de 1922, propuesta por el Gobernador Tejeda, fue sólo un paliativo que impulsó la creación de agrupaciones oligarcas para la defensa de sus intereses (Unión de Propietarios de la Ciudad). 
Al ser la Revolución Mexicana un movimiento democrático burgués, sus resultados quedaron limitados del beneficio colectivo. El campesinado y el proletariado no vieron resultados inmediatos, a diferencia de la revolución Bolchevique de 1917. El movimiento anarquista jarocho y su filosofía fueron reducidos al regionalismo, por tanto, al fracaso. 
En el caso concreto del movimiento inquilinario, el gobierno recurrió a la política de castigo y recompensa; por un lado, ejerció la represión directa, al encancelar a su líder Proal en 1924, y por el otro, inició una política de vivienda que incluyó la construcción de las primeras colonias obreras (Leidenberger, 2005). 

Bibliografía 
García Morales, Soledad, Cotidianidad, cultura y diversión durante la ocupación delahuertista del puerto de Veracruz, Universidad Veracruzana, 1996, México. 
García Mundo, Octavio, El movimiento inquilinario de Veracruz 1922,

sep setentas, 1976, México. 
Giner, Salvador, Historia del pensamiento social, Editorial Ariel, 1975, México.  
G rantwood, Andrew, Postrevolutionay pioneer: anarchist Maria Luisa Marin and the Veracruz renter´s movement, Universidad de Tulsa, Estados Unidos.

Leidenberger, Georg, Ein laboratorium der revolution stadtische soziale

bewegugen und radikale reform-politic im mexikanischen bundesstaat veracruz 1918-1932,
Serie Historia mexicana, Colegio de México, 2005, México. 
Silva Martínez, Ana María, La historia de una alegría, 1993.

1 comentario:

Mirna dijo...

A pesar de no ir hace mucho a Mexico me interesa estar al tanto de la situación actual Mexicana. Para recordar mios días en el país Azteca, muchas veces pido tacos Mexicanos al delivery las condes