HISTORIA
Y LEYENDA
“Recobrar
la historia es, en efecto, recobrar el destino; recuperar la libertad de
elegirlo”
Enrique González Pedrero.
Corría el año de 1875, de
viaje por el Estado de Veracruz, dos grandes personajes, Ignacio Manuel
Altamirano y Alfredo Bablot - el primero escritor y político, el segundo periodista y músico de
origen francés-, llegan a la Villa de Xalapa.
Altamirano, espíritu inquieto, gran impulsor del estudio
de la historia de México y sus leyendas, va a dejar registro del encuentro con
la viuda de un anticuario, la señora
Molina.
De visita en su
establecimiento, aquellos dos viajeros van a observar diversos objetos “de
antigüedad muy importantes”, siendo uno en particular, en el que centran su
atención y del cual hoy tenemos registro. Es una pequeña medalla, cuyo propietario, de acuerdo
a un viejo pedazo de papel que viene en una bolsita de terciopelo, fue Hernán Cortés.
Altamirano narra que la
pequeña nota que hace las veces de boleta de empeño, por decirlo de alguna manera,
tiene escrito lo siguiente: “Esta medalla
fue la que trajo puesta mi querido abuelo cuando ganó estas tierras y cuando se
fue, se la dejó a mi madre, Doña Ana Ramírez de Arellano, ruego a mi hermana la
guarde por ser de mucho recuerdo” y al
reverso del mismo papel se lee con
dificultad: “el 25 de Noviembre preste a
las señora Francisca Cortés de Hermosillas, seis reales por esta medalla, 1823”.
La Crónica de Altamirano fue
publicada por Manuel Caballero en 1883 en el “Primer Almanaque Histórico Artístico y Monumental de la República
Mexicana”, en ella Altamirano señala
que adquirió la medalla, aquella tarde xalapeña. (http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020133931/1020133931.html)
Gracias a esta curiosidad, hoy
contamos con una litografía que aparece
en el documento de su viaje. Pero
Altamirano es curioso y va más allá.
Investiga, busca y encuentra en
la obra de Lucas Alamán los datos para concluir que efectivamente la señora
Francisca Cortes de Hermosillas, es descendiente del Conquistador, que al pasar
por una mala racha económica empeña en una nimiedad la importante medalla.
Independientemente de la situación económica considero que también fuera el miedo
lo que llevó a esta descendiente a
deshacerse de la joya, pues debemos
recordar que en el año de 1823 es cuando
se desata un odio por todo lo que represente al Conquistador, de hecho sus
restos son escondidos por el mismo Lucas Alamán.
Analizando el dibujo impreso
del Almanaque, podemos observar que en
su anverso tiene la imagen de la Virgen con el niño, posiblemente la advocación
de la Virgen de los Remedios conocida como “Nuestra Señora de las Victorias” por su
invocación en batallas famosas como la de Lepanto. En su reverso tiene algunas frases en latín que ya están
siendo investigadas con el apoyo del
Padre Víctor Manuel Díaz Mendoza, Vicario de la catedral de Veracruz.
Para reforzar lo anterior,
al investigar algún otro antecedente de la medalla, encontré una descripción sobre
la personalidad y hábitos de Hernán Cortes, en lo particular sobre su forma de
vestir, hecha por su cronista de cabecera, Bernal Díaz del
Castillo, quien en el capítulo CCIV de la Historia Verdadera, intitulado: “De lo que el marqués del Valle hizo desde que estuvo en Castilla”, señala: “Los
vestidos que se ponía eran según el tiempo y usanza, y no se le daba nada de no
traer muchas sedas ni damascos ni rasos, sino llanamente y muy pulido; ni
tampoco traía cadenas grandes de oro, salvo una cadenita de oro de prima
hechura, con un joyel con la imagen de nuestra señora la virgen santa María,
con su hijo precioso en los brazos, y con un letrero en latín en lo que era de
nuestra señora, y de la otra parte del joyel el señor san Juan Bautista, con
otro letrero; y también traía en el dedo un anillo muy rico con un diamante, y
en la gorra, que entonces se usaba de terciopelo, traía una medalla, y no me
acuerdo el rostro que en la medalla traía figurado ni la letra dél; mas
después, el tiempo andando, siempre traía gorra de paño sin medalla”.
Aunado a lo anterior, existe la
leyenda que señala que Hernán Cortés al portar dicha medalla quedó inmune a
maldiciones de los dioses prehispánicos, envenenamientos y demás males, por lo
que el poseedor de la joya será el dueño
de esta Nación.
La investigación para rescatar esta Joya
fue gracias al equipo de la Fundación de la Crónica de la Ciudad de
Veracruz (Fundacrover), se recabaron datos, se elaborando diseños con A.J.C
Joyeros, y es gracias al Lic. Ramón Poo
Gil, Alcalde de Veracruz y del Lic. Daniel Galindo, Secretario del Ayuntamiento,
quienes, al considerar importante el
rescate de nuestro patrimonio histórico es que se realiza la réplica fiel de la
medalla que servirá para mantener nuestra memoria histórica, rumbo a los 500
años.
@miguel_salvador