martes, 29 de abril de 2014
domingo, 27 de abril de 2014
"LA PESADILLA JAROCHA, MEMORIAS DE PANCHITO VIVEROS" NOVELA DE CORTE HISTORICO
Editado por tercera ocación, ahora por el Gobierno del Estado de Veracruz, a través de la Editora de Gobierno, la novela narra las memorias de Francisco Viveros y Rodríguez, un personaje ficticio que cuenta sucesos reales ocurridos en tierras veracruzanas durante la primera mitad del siglo XIX.
Corre el año de 1847 y Pancho Viveros, soldado de la Guardia Nacional cae herido en el combate contra la invasión estadounidense a Veracruz. El joven es trasladado a la hacienda de Santa Bárbara en Xalapa donde lo espera su padre, Francisco Viveros y Rodríguez, quien ayudado por el sacerdote José Arzamendi comienza a redactar sus memorias para dejárselas a su hijo una vez que éste se recupere.
En ellas, recuerda su infancia en Vigo, su ingreso como soldado del regimiento de Asturias con el cargo de asistente de corneta de órdenes en 1807 y a la edad de 12 años, su paso por distintas ciudades de España, La Habana, Cuba y su llegada al Puerto de Veracruz.
Además de describir a manera de crónica las cruentas batallas, los horrores de la guerra, las epidemias y enfermedades, sus amores de juventud y la forma en que los españoles fueron recibidos por el pueblo veracruzano, durante el relato se conocen aspectos de la vida de personajes históricos como Antonio López de Santa Anna, Guadalupe Victoria, Juan O´Donojú e Iturbide.
Temas como la traición, el amor, la amistad y la defensa de la patria son abordados de manera ágil y detallada en La pesadilla jarocha. Memorias de Panchito Viveros 1812-1829, donde se revela un episodio en la historia de la ciudad.
El autor transporta a los lectores a sucesos como la firma de los Tratados de Córdoba y la formación del Ejército de las Tres Garantías, además de mostrar las costumbres, tradiciones y dichos de la época.
Miguel Salvador Rodríguez Azueta nació en la ciudad de Veracruz en 1971. Abogado de profesión ha ejercido cargos públicos como la administración del Museo de la Ciudad y presidente de la Fundación de la Crónica Veracruzana (Fundacrover).
Articulista de diarios del estado de Veracruz, gestor y promotor cultural, en 2007 recibió el Premio al Mérito Ciudadano por su aporte a la cultura del municipio de Veracruz. Entre sus trabajos literarios se encuentra La tercera H y El paraíso de los locos.
miércoles, 23 de abril de 2014
LAS LLAVES DE LA CIUDAD DE VERACRUZ
REGRESAN
A SU LUGAR DESPUÉS DE 100 AÑOS
Por: Miguel
Salvador Rodríguez Azueta/ Presidente de Fundacrover A.C.
“El presidente del ayuntamiento, acompañado de todos los concejales,
tuvo el
honor de presentar al emperador las llaves de la ciudad primorosamente
trabajadas y colocadas en una bandeja de plata…” (pág.261)
“El Archiduque
Maximiliano de Austria en México” Martin de las Torres, 1867
Presentarle a una persona las Llaves de una Ciudad es
un acto simbólico y de gran honor. Es lógico que las llaves de nuestra casa o del corazón no se
entregan a cualquiera, mucho menos la de
la ciudad, por lo tanto el receptor de la misma debe de reunir estrictos
requisitos.
El significado del acto de presentación, es que dicho
personaje puede tomar posesión de la ciudad o que para la ciudad es un honor
tener a tan distinguido huésped – ejemplo la obra de Velázquez intitulada: “La Rendición de Breda”, en la que aparece Justino de Nassau entregando la llave al
general Spinola.
En el caso de nuestra querida ciudad de Veracruz, pocas
personas conocían la historia de las Llaves, pues gran parte de los datos que
se tenían provenían de leyendas o conjeturas. Sin embargo hace 6 años, la
Fundación de la Crónica de la ciudad de Veracruz A.C., se dio a la tarea de
investigar el origen y paradero de las mismas, pues sólo se contaba con una
foto antigua que había sido publicada en 1969, en la revista “Artes de México” durante
los festejos de los 450 años de la ciudad, así las cosas, indagando aquí y
allá, se fue aclarando el misterio de su desaparición, la cual se acuerdo a la
revista antes citada, había sido sustraídas de la Biblioteca del Pueblo en 1914
(Recinto de la Reforma) y que solo quedaba el estuche vacío, exhibiéndose en el
Baluarte de Santiago.
Luego surgió otra duda, en la foto aparecen un par de
llaves, siendo común que sea sólo una, pocas excepciones como es el caso de las
llaves de Sevilla, entregada al rey Fernando II “El santo” porque
unas representaban a la comunidad de Judíos y las otra a musulmanes, pero en el
caso de Veracruz, llegamos a la conjetura eran dos, porque habían sido
presentadas a la pareja Imperial Maximiliano y Carlota en 1864, a su arribo a
Veracruz, el dato fue corroborado con el testimonio de Martín de las Torres, en
su Obra Maximiliano en México (1867) y con algunos datos proporcionados por el
investigador Ricardo Cañas, que obtuvo de la obra del Lic. Jaime Baca
Rivero.
Así las cosas, y con la asesoría de la Cronista de la
Ciudad, la Arquitecta Concepción Díaz Chazaro, nos dimos a la tarea de
profundizar en la fotografía, encontrando que se trataba de un exquisito
trabajo artesanal de plata con adornos de oro, en cuya parte superior se puede apreciar
el escudo de la ciudad otorgado por Carlos V. en 1523.
Curiosamente y para hacer más de leyenda esta
historia, la marca para la combinación de la cerradura es un grabado simbólico
al parecer de una Logia, observando detenidamente se puede apreciar que es una
especie de daga damasquina, que atraviesa una corona de un príncipe. La leyenda
cuenta que Maximiliano pertenecía a alguna logia masónica, por lo que su
impresión debió de haber sido tremenda.
"1864. El día 22 de junio de este año el Cabildo, acordó depositar en su propia Tesorería, las dos llaves de plata con adornos de oro, mismas que le fueron presentadas en señal de homenaje a los Emperadores el día de su recepción (29 del mes anterior).
Dichas llaves fueron manufacturadas por don Mariano Rivera y costaron $100.00.
Desgraciadamente desaparecieron cuando se perpetró el saqueo de Veracruz durante la invasión norte-americana en el año de 1914, dejando para irrisión nuestra el estuche vacío"
Gracias al dato proporcionado por Ramón Gómez Barquín, se confirmó la sospecha, habían sido presentadas a la Pareja Imperial en 1864, el dato fue encontrado en el documento "RESEÑA HISTÓRICA DEL PALACIO MUNICIPAL 1523 A 1618", escrito en 1935 por Juan Klunder y Alberto Uruñuela, señala:
"1864. El día 22 de junio de este año el Cabildo, acordó depositar en su propia Tesorería, las dos llaves de plata con adornos de oro, mismas que le fueron presentadas en señal de homenaje a los Emperadores el día de su recepción (29 del mes anterior).
Dichas llaves fueron manufacturadas por don Mariano Rivera y costaron $100.00.
Desgraciadamente desaparecieron cuando se perpetró el saqueo de Veracruz durante la invasión norte-americana en el año de 1914, dejando para irrisión nuestra el estuche vacío"
Este tesoro histórico estaba bajo resguardo en la Sala
de Cabildo del Ayuntamiento, hasta que fueron enviadas a recién inaugurada Biblioteca
del Pueblo, donde existía un pequeño museo, posiblemente entre 1871 y 1872,
siendo sustraídas durante la intervención Americana de 1914.
Rescatar la historia de nuestra ciudad no es tarea
fácil, por lo que miembros y Socios de Fundacrover, A.C., reconocen y agradecen
a las personas que apoyaron la realización de este proyecto, en especial al
fino trabajo de la Joyería A.J.C., a la familia Gómez Barquín por su motivación,
al Contador Guillermo Larios, al Lic. Jaime Baca, al Lic. Rafael Gil, a la Lic.
Rosario Arias Pérez, al Lic. Daniel Galindo y mención especial, a la visión,
respaldo y amor por Veracruz del Alcalde Lic. Ramón Poo Gil.
1.- Fotos de las Llaves sustraídas en
1914, Fuente: Revista Artes de México, 1969
lunes, 7 de abril de 2014
DE LA INTERVENCIÓN DIPLOMÁTICA A LA INVASIÓN ARMADA, 1914
“LA
MEJOR ARMA FUE LA INDIGNACIÓN, ANTE EL ULTRAJE QUE ESTABA OCURRIENDO”
¡A las armas muchachos, la patria está en peligro!
Comodoro Manuel Azueta Perillos
Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta
El pasado 1 de abril, fue
presentado en la Sala de Cabildo del H. Ayuntamiento porteño, el libro: “De la Intervención
Diplomática a la Invasión armada, México frente a la Estado Unidos durante
1914”, el primero de cuatro libros que tratará el tema de la intervención norteamericana
de abril de 1914.
Al leer el ejemplar, pude
comprobar que es un excelente recopilación e Investigación realizadas por la Unidad de Historia y Cultura Naval de la
Secretaria de Marina, con el apoyo de Instituto Nacional de Estudios Históricos
de las Revoluciones de México y del Gobierno del Estado de Veracruz, a través
de la Editora de Gobierno, está ultima se encargó de presentar un edición digna
y de calidad, que contiene ocho capítulos, los cuales rescatan anécdotas y
datos, olvidados por la memoria colectiva.
Análisis interesantes sobre los
antecedentes de la invasión, enfocados en política autónoma de Porfirio Díaz,
tendiente a equilibrar la inversiones extranjeras en nuestro país, en donde, de
acuerdo a datos entre 1910 y 1911 la economía
mexicana se encontraba en manos de 170 sociedades, de las cuales 130 era extrajeras, mismas que aportaban el 77% del inversión
total a México. El porcentaje de control de estas empresas en la economía
nacional - sólo por señalar las estratégicas - era el siguiente: Petróleo 100%,
Minería 98.2% y Agricultura 95.7%
De acuerdo a la Obra, dos
fueron las acciones en política exterior de Porfirio Díaz, que le hicieron
perder la simpatía de Washington, el incidente de la Bahía Magdalena en Baja California,
(Incluso el gobierno americano filtró el rumor de que Díaz pensaba vendérsela a
los Ingleses o peor aún a los japoneses) y el caso de rescate del presidente
depuesto José Santos Zelaya en Nicaragua en 1909 (Nota Knox)
También podemos encontrar interesante bibliografía, difícil de conseguir
hoy en día, como el libro de la señora María
Luis Melo de Remes, “Veracruz, Mártir ,
la infamia de Woodrow Wilson (1914)” editado en 1966, así como partes
oficiales de guerra, crónicas
periodísticas extranjeras y un listado de los
combatientes supervivientes por parte de la “Sociedad de superviviente de la patria contra la segunda invasión
norteamericana en el H. Puerto de Veracruz”, acta protocolizada en 1945.
Mención especial, merece la
crónica del Diario “El Imparcial”,
del lunes 27 de abril de 1914, que
detalla la llegada de los jóvenes de la Escuela Naval a la ciudad de
México. “A las 12:30 del 26, llegaron
los jóvenes aun portando sus uniformes que usaron durante la resistencia. El señor
Élfego Uribe y su esposa Soledad Robles, esperaban noticias de su hijo
Virgilio.
Cuando vieron al comodoro Azueta, el señor Uribe le preguntó que
noticias tenía de su hijo, a lo que el militar sólo le mostró una mancha de
sangre que tenía en su chaquetón. El señor
Élfego se inclinó llorando y beso varias veces la sangre de su hijo y exclamó:
¡Murió por su patria!, días después el Comodoro pasaría por el mismo dolor, el
10 de mayo de 1914”.
El capítulo 6 a cargo de la
capitana Leticia Rivera Cabrieles y del cabo José Herón Pedro Couto, es sumamente
enriquecedor de lo que sucedió en la Escuela el 21 de abril, datos precisos: sólo
128 elementos defendían la escuela, la
mayoría eran cadetes, casi niños, y cuya mejor arma, como bien señalan los
autores del capítulo: “fue la indignación ante el ultraje que estaba
ocurriendo”.
No pierdan la oportunidad de
adquirir, este libro, que ya se encuentra en formato digital en la página de la
SEMAR.
@miguel_salvador
ANÉCDOTAS DEL 14 ( 5/5)
LAS BALAS DUM DUM, ¿CRÍMEN DE GUERRA
O CONTRA LA HUMANIDAD?
“Tuvo el gringo que ponerse muy águila a los “madrazos”,
suelta Ulúa a sus rayados, que a palos y sombrerazos dejan a muchos tirados”
Francisco Rivera Ávila
Para finalizar esta serie de
artículos sobre la gesta heroica de 1914, hay una pregunta que creo nunca se ha
hecho, ni se hará - por obvias razones- una pregunta que quedará sin respuesta
y que yo me hago de vez en cuando.
Las acciones del Gobierno de Estados Unidos en aquellos días del mes de Abril
de 1914, ¿fueron crímenes de guerra o
crímenes contra la humanidad?.
Cualquier abogado con nociones de Derecho Internacional nos diría que
efectivamente el 21 de abril de 1914, se violentaron dichas normas, pues de
inicio no existía una declaración de Guerra (Caus Belli) entra las naciones, y
siendo Veracruz un puerto desartillado en ese entonces y de acuerdo al uso
desmedido de fuerza, pues estaríamos ante un acto unilateral y por la tanto un Crimen contra la Humanidad.
Algún otro abogado, me diría: ¡Oiga pero eso ya pasó!, ¡Las leyes no tienen
efecto retroactivo!. Pero yo le diría, que verificara si los caso de Crímenes
contra la Humanidad aplica la prescripción, y no sólo eso, tomaríamos de
ejemplo los juicios de Núremberg, en los cuales, el Tribunal fue posterior al
hecho delictivo.
Pero, eso no es todo, de acuerdo a distintas versiones documentadas, el 21
y 22 de abril (no sabemos si después) se usaron las balas tipo “Dum Dum”, al parecer José Azueta fue
herido con dichas balas y posteriormente perdió la vida, no por la falta de
atención sino porque las “Dum Dum” no son balas comunes.
Usted querido lector, opine. Las balas tipo “Dum Dum” son balas explosivas,
una especie de Obús en miniatura, que explota al golpear el objetivo. De
acuerdo a los expertos: “Al impactar la cubierta se desgarra, permitiendo que
el núcleo de plomo se deforme mucho más, lo que causa mayores daños, pudiendo
quedar esquirlas de difícil extracción”
Pero eso
no es todo, ¿Quieren más?, este tipo de balas fueron prohibidas en la
Conferencia Internacional de Paz de la Haya en 1899. ¿1899? ¿1914?.
De
confirmarse su uso durante 1914, estaríamos efectivamente ante una flagrante
violación los principios internacionales y humanos.
“Dum Dum”, fue el nombre de un arsenal británico, localizado
cerca del pueblo Dum Dum, en Calcuta, India.
Pero,
todavía no acabo, el inventor de esta “maldad” fue el Capitán Neville Bertie-Clay. Estas balas estaban
destinadas al fusil Mark IV, y se les
conocía como “Mushroom in flesh” algo
así como: “El champiñón dentro de la
carne”.
¿Hay más?
¡Sí! ¿Para que las utilizaban? Ni más ni
menos, el ejército británico utilizó
este tipo de balas contra asiáticos y africanos, considerada “muy cruel” para
uso en guerra contra europeos.
Al
prohibirse su uso los delegados de la Convención alegaron que su utilización era contrario al espíritu humano, pero la gran pregunta es: Si esas balas estaban
prohibidas desde 1899, ¿Por qué se usaron en 1914?.
La pregunta quedará en el aire.
@miguel_salvador
ANÉCDOTAS DEL 14 (4/5)
LAS VERSIONES POPULARES, PACO PILDORA Y “SÁTANAS”
XIMÉNEZ
“Veracruz que sabe ya más de pólvora que un chino, no se
asusta ni flaquea, suena el caracol marino y se alista en la pelea”
Francisco Rivera Ávila
Por: Miguel Salvador
Rodríguez Azueta
Dos personajes pintorescos de nuestra querida ciudad, defensores a ultranza
de la veracruzaneidad, fueron Francisco Rivera Ávila alias “Paco Píldora y Stuardo
Ximénez, alías “Satanás Ximénez”. Nacidos en este Solar jarocho en el primer decenio
del siglo pasado, fueron entre sus múltiples empleos, aficionados de tiempo completo a la historia
de su ciudad, digamos que fueron Cronistas sin corona. Gracias a ellos, el día
de hoy podemos conocer historias de los héroes desconocidos y anécdotas
olvidadas de aquellos aciagos días del mes
de Abril de 1914.
“Paco Píldora”, era pequeño cuando sucedió la intervención norteamericana,
en su libro “Sobredosis de humor de Paco Pildora” editado por la Universidad
veracruzana (1996), señala entre otras cosas que: “El 23 ó 24 de Abril los soldados gringos le
permitieron a la gente salir a la calle. No había leche, no había carbón, éste
lo tenían que traer de las rancherías de Vergara” y añade un episodio, en el cual podemos ver,
que no todos los comerciantes fueron héroes, en aquella jornada: “Los soldados gringos ante la escasez de
alimentos, tuvieron que abrir con hachas las tiendas de abarrotes para repartir
víveres a la población”.
“Paco Píldora” no oculta en sus memorias, que la situación económica era
difícil para los ciudadano comunes en el puerto ocupado, por lo que describe
como era la situación en esos días para los que no pudieron salir: “La primera orden del preboste americano
fue: toda la población debe seguir haciendo su vida normal y los contribuyentes
deben pagar sus contribuciones. Como mi padre estaba en Monterrey, me puse a
vender chicles y tarjetas postales entre los soldados gringos para ayudarle a mi mamá. No me fue mal pues llegue
a vender hasta cuatro cajas de chicles diarias”. (Páginas 7 y 8)
Por su parte, Stuardo Ximénez, en su obra: “Veracruz, un manicomio con vista
al mar” (1985), hace mención de aquellos héroes anónimos que
arriesgaron su vida durante la jornada gloriosa de nuestra querida ciudad: “Entre los defensores de Veracruz estuvieron
don Alejandro Sánchez alías “El Pelón” y el cargador de número Aurelio Mojica
alías “Balazo”, Renglón aparte merecen el doctor Cuervo, la madre Luz Nava, del Colegio
Josefino y otros veracruzanos que, entre la metralla del enemigo, curaron a los
heridos por las balas Dum Dum. Eso es lo
que conmemoramos el día 21 de abril”. (Pág. 77)
Así las cosas, en esta conmemoración de los 100 años, no escucharemos los
nombres de dichos personajes, nuestros
héroes anónimos, por lo que seguiremos escuchando a los ya conocidos:
Uribe, Azueta y Alacio Pérez.
@miguel_salvador
ANÉCDOTAS DEL 14 3/5
“LOS
PROFESORES VERACRUZANOS”
Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta
“La historia no es historia a
menos que sea la verdad”
Diez años atrás, el Profr.
José Antonio Herrera Cerezo, publicó una
valiosa obra: “La Epopeya de los Profesores en 1914”. Un trabajo compilatorio
y de investigación que no debe quedar en el olvido. Gracias al apoyo del grupo
Rullán, la SEV, Delegación regional en esta ciudad, el Ateneo Veracruzano y la
Biblioteca magisterial, Herrera Cerezo de manera visionaria señalaba que a diez años de la Gesta heroica, corríamos
el riesgo de llegar a la conmemoración de los 100 años como lo estamos
haciendo, desunidos. Como aquella voz que clamaba en el desierto, el profeta Herrera
vislumbraba que grupos civiles y oficiales trabajarían cada quien por su lado
en beneficio propio, no se equivocó, demostró que pueden más los intereses privados y los egos
que el supremo interés colectivo de nuestra querida ciudad.
No es un secreto, que a historia
oficial dista mucho de la realidad, tan es así que el Mtro. Herrera trae a la
luz un dato que echa por tierra la famosa instrucción de tomar a toda costa
Veracruz en el 23 de Noviembre de 1914.
Herrera explica que existe un
Decreto de perdón que Venustiano Carranza acordó el 8 de noviembre de 1914, el
cual beneficiaba a todos los colaboradores del invasor, ósea un Indulto General a los colaboradores.
En la misma obra, nuestro
Profeta porteño, resalta los nombres de
valientes maestros que se opusieron a trabajar para los invasores, entre ellos
destacan María Malard Macarty Abraham
Morteo Savignon, Elena V. del Toro, Luz María Llorente de Posadas, Mtro. Delfino
Valenzuela y muchos otros, cuyos nombres se encuentran un pequeño monumento,
ubicado en el Parque Ciriaco Vázquez, por cierto en muy mal estado, por el lado de la Avenida Hidalgo.
Considero que la obra de
investigación del maestro Herrera debe ser de obligatoria lectura por parte de esta
generación de profesores, educadores del siglo XXI, siglo en el que los valores universales
brillan por su ausencia (frase jarocha). Vergüenza debería darnos, el que una
niña indígena nos señale nuestros errores y fracaso como sociedad.
Justino N. Palomares en su
obra “La Invasión de Veracruz”, (cuadernos mexicanos 968-084-8333-x) señala que los profesores porteños fueron
citados por los mandos de ocupación en el hoy teatro Clavijero. Después de
escucharlos, el Mtro. Delfino Valenzuela les dio esta valiente contestación a las
ofertas de impartir clases al estilo del programa americano: “Es imposible que trate de obligarnos a
asistir a nuestra labores contra nuestra voluntad. Por mi parte declaro que no
estoy dispuesto a trabajar. Díganos ustedes, miembros del ejército norteamericano
¿Qué harían en nuestro caso? Supónganse que por un momento fuéramos nosotros lo
invasores… ¡nosotros aquí debemos adoptar una actitud de dignidad y patriotismo!”
En mi opinión, creo que debemos
mirar al pasado y recordar a aquellos hombres y mujeres que si esperar ordenes
de jefes o inspectores (mucho menos de líderes sindicales) asumiendo la
responsabilidad de oponerse a tremendo enemigo y sin violencia, solo siguiendo la
máxima de Gandhi, “Resistencia pacífica”, sirvieron desinteresadamente a la
niñez veracruzana, insisto, sin percibir emolumento alguno y sorteando peligros
latentes, hasta de muerte.
Herrera Cerezo señala “Se trata de una valiosa dedición colectiva
inspirada en la ideal liberal de la educación como derecho fundamental del
pueblo mexicano, pero había que defender el postulado asumiendo la responsabilidad
de la desobediencia a un mandato extranjero llamado ley marcial”. (Pág. 84).
ANÉCDOTAS DEL 14 2/5
“JOHN
H. RUSSELL Y EL TACOMA”
Por: Miguel Salvador RodrÍguez Azueta
“Vuelve el Tacoma a mis hermosas y queridas playas, más
el destino, justo e implacable, en revancha, lo envuelve en nuestras aguas.
Elías López
En esta ocasión, extraemos de “La Invasión Yanki de 1914” de Justino
Palomares, un par de anécdotas. Cabe hacer
mención que Justino Palomares fue testigo del os hechos de 1914, su obra fue
redactada en 1919, editada en 1940 y re
editada en 1981 por la SEP y la CONASUPO, dentro de la colección “Cuadernos
Mexicanos”.
Iniciamos con “La carrera de
Russell”. Cuenta la anécdota, que el Mayor John H. Russell Jr., comandaba un regimiento americano durante la
invasión de abril de 1914, y que durante un patrullaje, fueron sorprendidos por
un “paisano” desarmado, que acompañado de su familia ondeaba una bandera blanca,
lo que provocó que el Mayor y su regimiento salieran huyendo.
Esta anécdota durante mi juventud inflamó mi
orgullo nacionalista, pero en la actualidad creo más que fue más propaganda y fantasía de Palomares que realidad.
Investigando acerca de este personaje, encontré un documento del año 1987 que
me dio luz al respecto, se trata de los registros personales de John H.
Russell, Jr. 1872-1947, compilado por el Teniente Coronel R.T. Mac Pherson,
este documento fue editado por la división de historia y museo del Comando Central
de los US Navy.
De la lectura de los
documentos, se destaca que el señor Russell, ciertamente tuvo problemas con la
promoción de ascenso militar, pero no por el caso Veracruz, sino por cuestiones
políticas, su paso por la administración del gobierno de Haití, durante la ocupación
Yanqui se aquella isla 1915-1934
dejo mucho que desear (de la que nos
salvamos), no se menciona el asunto de “La carrera de Russell” de Veracruz, y Justino
Palomares aclara que la transcribió de una nota publicada por el diario Excélsior el 5 de marzo de 1935.
El documento es interesante,
porque narra la vida militar de Russell, pero también porque hay detalles que
llaman la atención sobre todo en fechas, de acuerdo a los documentos, la fecha
de su salida de Veracruz es de 5 de diciembre de 1914, cuando oficialmente se
narra que se fueron el 23 de noviembre, si esto fuera así, mi mente infantil no
estaría tan mal, por una foto que recuerdo haber visto de Carranza acompañado
de las tropas americanas en Veracruz, esa foto no la volví a ver, al parecer,
hay algo turbio en todo esto.
Así las cosas Mr. Russell,
siguió ascendiendo dentro de la marina americana, y ocupando puestos importantes
hasta que falleció en 1947.
Por lo que respecta al buque
tipo crucero “Tacoma”, este barco de guerra tiene una historia y anécdota
singular, respecto a Veracruz.
Bautizado en honor de una
ciudad portuaria del Estado de Washington, el Tacoma fue un barco de 3200
toneladas, el 5° de 6 de la clase Denver: “Cruceros protectores”, armado con 10 cañones de cinco pulgadas, fue
botado en Mare Island, California, y comisionado desde enero de 1904 a las
costas de centro y sud américa, tenía
una dotación de 309 hombres, con 308 pies de largo y 44 de ancho. (fuente:
http://navalwarfare.blogspot.mx/2010/04/uss-tacoma-c-18pg-32cl-20.html)
El Tacoma formó parte de los
buques que atacaron nuestra ciudad en
abril de 1914, la
anécdota justiciera nos narra que el 16 de enero de 1924, el Tacoma
de regreso por estas aguas, encalló en los arrecifes de la “Blanquilla”, no
pudiendo repararlo, fue dado de baja por la armada americana y vendido como fierro viejo septiembre de ese
año.
Trascribo parte de los
versos de Elías López al respecto: “Y ahí se miran sus restos todavía, teniendo
al alto cielo que atestigua que este mar inmenso de mi tierra se tarda en
castigar…. Pero castiga”
ANÉCDOTAS DEL 14 1/5
Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta
“I
heard Woodrow Wilson's guns, I heard Maria crying
Late last night I heard the news, That Veracruz was dying
Veracruz was dying…”
Late last night I heard the news, That Veracruz was dying
Veracruz was dying…”
Warren
Zevon, Veracruz 1978
En el año 2005 se publicaron
dos libros sobre las anécdotas de la
gesta heroica de 1914: “Los profesores
del 14”, de Antonio Herrera Cerezo
y “Heroica
Veracruz de 1914”, de Antonio Salazar Páez.
Estamos a dos meses de
conmemorar este hecho histórico, pocos son los que se percatan que a marchas
forzadas se realizan actividades para dicho evento. Por parte del Gobierno del
Estado, la Editora publicará algunos libros con información oficial acerca del
tema, por parte de la Armada la remodelación del museo naval sigue adelante, y
así por el estilo, desde las instancias oficiales hasta las asociaciones
civiles, quieren aportar su grano de arena, pero, - siempre hay un pero.
A todos los organizadores, -oficiales
y no- se les escapa, que si bien es cierto, que durante los funestos hechos de
1914 surgieron figuras relevantes como José Azueta, Virgilio Uribe y Jorge Alació Pérez,
miembros de la milicia, no menos cierto es - y aquí hay que resaltar- la
oposición, más que defensa, estuvo a cargo de ciudadanos comunes como usted o
como yo, que en su mayoría, no tenía adiestramiento y que ofrendaron su vida por
este pedacito de patria que sabe sufrir y cantar.
Por ello la importancia
de publicaciones caseras como: “Heroica Veracruz
de 1914”, en donde encontramos datos y
anécdotas que no están en las partes ni en las fotos oficiales, “para
muestra un botón”: ¿Cuándo el lector ha visto un soldado americano de color en
las fotos oficiales sobre el 14?, testigos de los sucesos aseguraban que fueron
los primeros en bajar y recibir las descargas de los jarochos.
En estos días, iré presentando
dichas anécdotas. En esta ocasión, quiero hacer mención del caso Estela Campos, una jarocha, que durante la gesta heroica fue
testigo cuando un soldado de “color”
asesinaba a su esposo a las puertas de su domicilio. Presa de rabia, Estela no lo pensó dos veces,
teniendo a la mano solo un pesado “metate” (piedra para aplanar las
tortillas) se lo lanzó a la cabeza al
invasor, haciendo que el “Marine” perdiera el conocimiento, acto seguido la
señora Campos procedió a rematar al soldado invasor con el mismo rifle con el
que se había ultimado a su esposo.
Esta anécdota tal vez
hubiera quedado en el olvido, pero en 1959 Salazar Páez entrevistó a algunos
testigos de los hechos, confirmando la acción de la señora campos quien durante
mandato del gobernador Marco Antonio Muñoz,
se presentó con él para entregar el rifle y entregarse ella. Una vez que
conoció la historia, el mandatario ordenó que el rifle fuera entregado a la Escuela
Naval y a doña Estela se le apoyara con servicios médicos en el hospital regional.
De acuerdo a la
investigación recabada por Salazar Páez, la señora Campos murió en la pobreza y
en el olvido.
Como escritor y veracruzano
- casi emulando a Jesús Reyes Heroles- diré que por lo que a mí respecta, no permitiré,
que en estos 100 años, estas personas
sigan en el olvido. ¡Sí! ¡Larga vida a los Azueta, a los Uribe y a los
demás personajes ilustres!, pero también, a quienes no lo fueron, pero cuya
sangre también corrió durante aquel
funesto abril de 1914.
Para escuchar la canción de
Warren Zevon, Veracruz siga la liga: http://www.youtube.com/watch?v=_O2qJ0JXjug&feature=kp
Suscribirse a:
Entradas (Atom)