“LA
MEJOR ARMA FUE LA INDIGNACIÓN, ANTE EL ULTRAJE QUE ESTABA OCURRIENDO”
¡A las armas muchachos, la patria está en peligro!
Comodoro Manuel Azueta Perillos
Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta
El pasado 1 de abril, fue
presentado en la Sala de Cabildo del H. Ayuntamiento porteño, el libro: “De la Intervención
Diplomática a la Invasión armada, México frente a la Estado Unidos durante
1914”, el primero de cuatro libros que tratará el tema de la intervención norteamericana
de abril de 1914.
Al leer el ejemplar, pude
comprobar que es un excelente recopilación e Investigación realizadas por la Unidad de Historia y Cultura Naval de la
Secretaria de Marina, con el apoyo de Instituto Nacional de Estudios Históricos
de las Revoluciones de México y del Gobierno del Estado de Veracruz, a través
de la Editora de Gobierno, está ultima se encargó de presentar un edición digna
y de calidad, que contiene ocho capítulos, los cuales rescatan anécdotas y
datos, olvidados por la memoria colectiva.
Análisis interesantes sobre los
antecedentes de la invasión, enfocados en política autónoma de Porfirio Díaz,
tendiente a equilibrar la inversiones extranjeras en nuestro país, en donde, de
acuerdo a datos entre 1910 y 1911 la economía
mexicana se encontraba en manos de 170 sociedades, de las cuales 130 era extrajeras, mismas que aportaban el 77% del inversión
total a México. El porcentaje de control de estas empresas en la economía
nacional - sólo por señalar las estratégicas - era el siguiente: Petróleo 100%,
Minería 98.2% y Agricultura 95.7%
De acuerdo a la Obra, dos
fueron las acciones en política exterior de Porfirio Díaz, que le hicieron
perder la simpatía de Washington, el incidente de la Bahía Magdalena en Baja California,
(Incluso el gobierno americano filtró el rumor de que Díaz pensaba vendérsela a
los Ingleses o peor aún a los japoneses) y el caso de rescate del presidente
depuesto José Santos Zelaya en Nicaragua en 1909 (Nota Knox)
También podemos encontrar interesante bibliografía, difícil de conseguir
hoy en día, como el libro de la señora María
Luis Melo de Remes, “Veracruz, Mártir ,
la infamia de Woodrow Wilson (1914)” editado en 1966, así como partes
oficiales de guerra, crónicas
periodísticas extranjeras y un listado de los
combatientes supervivientes por parte de la “Sociedad de superviviente de la patria contra la segunda invasión
norteamericana en el H. Puerto de Veracruz”, acta protocolizada en 1945.
Mención especial, merece la
crónica del Diario “El Imparcial”,
del lunes 27 de abril de 1914, que
detalla la llegada de los jóvenes de la Escuela Naval a la ciudad de
México. “A las 12:30 del 26, llegaron
los jóvenes aun portando sus uniformes que usaron durante la resistencia. El señor
Élfego Uribe y su esposa Soledad Robles, esperaban noticias de su hijo
Virgilio.
Cuando vieron al comodoro Azueta, el señor Uribe le preguntó que
noticias tenía de su hijo, a lo que el militar sólo le mostró una mancha de
sangre que tenía en su chaquetón. El señor
Élfego se inclinó llorando y beso varias veces la sangre de su hijo y exclamó:
¡Murió por su patria!, días después el Comodoro pasaría por el mismo dolor, el
10 de mayo de 1914”.
El capítulo 6 a cargo de la
capitana Leticia Rivera Cabrieles y del cabo José Herón Pedro Couto, es sumamente
enriquecedor de lo que sucedió en la Escuela el 21 de abril, datos precisos: sólo
128 elementos defendían la escuela, la
mayoría eran cadetes, casi niños, y cuya mejor arma, como bien señalan los
autores del capítulo: “fue la indignación ante el ultraje que estaba
ocurriendo”.
No pierdan la oportunidad de
adquirir, este libro, que ya se encuentra en formato digital en la página de la
SEMAR.
@miguel_salvador
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