viernes, 17 de febrero de 2012

LA BATALLA DE CERRO GORDO DE 1847

SAQUEO Y OLVIDO



Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta/FUNDACROVER A.C.



Hace aproximadamente 8 años escribí un articulo intitulado “Cerro Gordo memoria olvidada” (http://www.h-mexico.unam.mx/node/6543). Hoy, al acercarse los 165 años de aquella gesta heroica, me siento obligado a  retomar el tema para refrescar “memorias olvidadas” y buscar la manera más respetuosa de acercarme a las autoridades para recordar a los cientos de patriotas que ofrendaron sus vidas el 17 y 18 de abril de 1847.  

¿Mi motivación? Hace unos días fui a la ciudad de  Xalapa con mi buen amigo Chema Pellit,  de regreso decidimos pasar por la carretera antigua a petición mía, para mostrarle los famosos  Cerros donde había tenido lugar dicha batalla. Cual va a ser mi sorpresa que en 8 años, ya no solo es una antena que corona la cima, sino dos y ni rastros de la placa conmemorativa o mojón que indicaba el lugar de los hechos, con tristeza me percate que cada día la “casamata”  va desapareciendo.

Llegando a la ciudad de Veracruz me avoque a darle seguimiento al caso,  revise y aún se encontraba publicado mi artículo, al navegar en la red con sorpresa me encontré con un sitio web  sobre tesoros antiguos,(http://www.buscadores-tesoros.com/t1665-trincheras-y-canones-de-1847-en-cerro-gordo) en donde hay fotos muy claras de restos que algunos aficionados han encontrado, entre estos me llamó la atención una placa,  al parecer de mármol,  en honor del general Ciriaco Vázquez -quien perdió la vida en la defensa - en  la misma se puede apreciar la fecha en que fue hecha colocada , ¡ 1947!, es decir en el centenario de la batalla.  De inmediato  me surgieron varias  preguntas ¿Dónde está esa placa?  ¿Qué pasa con nuestra memoria historia? ¿Qué pasa con el respeto a nuestros soldados caídos? ¿Quiénes son los saqueadores?  Y muchas otras que también al lector le vendrán a la mente, como ¿Qué paso en Cerro Gordo?, ¿Por qué tanto escándalo?

 Para quienes no saben o no quieren recordar que paso en Cerro Gordo, me permito trascribir lo siguiente.



Después de la capitulación del puerto de Veracruz el 28 de marzo de 1847, El General Scott comprendió que tenía que sacar del clima insalubre a su ejército por lo que entre la alternativa de los caminos a seguir para llegar a la ciudad de México, encontró que la más viable era por Xalapa, por lo que avanzó sin dificultades y acampó en Plan del Río. Por su parte Santa Anna decidió esperar el avance invasor en Cerro Gordo.

La posición de ambos bandos  quedo de la siguiente manera: Santa Anna acampó en el margen derecho del camino nacional en lo que hoy en el poblado de Cerro Gordo, en las cimas de los cerros de la Atalaya y el Telégrafo mandó a colocar algunos cañones (4 baterías), en el Cerro del telégrafo estaba el General Rómulo Díaz de la Vega con 1,400 hombres y una batería de siete cañones. En la entrada, hacia el sur, estaban 3 batería con 19 cañones comandadas por los Generales Luis Pinzón, José Maria Jararo y el Coronel Badillo, en total unos 12 ,000 hombres.

 El General Scott elaboró un plan de envolvimiento; una de las divisiones se dispondría a pasar por el lado derecho del Cerro de la Atalaya y llegar por la retaguardia para cortar la carretera nacional y con eso, evitar la retirada del ejército mexicano y obligarlo a la rendición.

 Así la división del General Twiggs se encargaría de dicha operación por lo que se dividió en tres brigadas, la del Coronel Harney se encargaría de distraer a los defensores de los Cerros la Atalaya y el Telégrafo, mientras las brigadas de Shields y Riley llegaban a las espaldas del campamento mexicano.

 Mientras esto ocurría, las brigadas de Pillow en el sur distraía al grueso de las fuerzas mexicanas, atacando las Baterías de Pinzón, Jararo y Badillo.

 La división de Worth que estaba llegando el día 17 de abril, procedente de Veracruz siguió a la de Twiggs.

 Cuando los vigías del Cerro de la Atalaya descubrieron a Twiggs, éste se vio forzado a tomar dicho Cerro, para lograr la distracción de la fuerza mexicanas del objetivo principal, el corte de la retirada.

 Cuando los americanos tomaron el Cerro de la Atalaya, Santa Anna mandó a reforzar el Cerro del Telégrafo con el General Ciriaco Vázquez, el 2 y 4 de Infantería además de 2 cañones y Batería de 5 cañones, el 2 de infantería y caballería que por cierto, en los cerros no podía maniobrar.



Desafortunadamente para ese momento los americanos ya tenían en el Cerro de la Atalaya nuestros cañones más los suyos de 24 pulgadas y nos barrieron.

 El día 18 de abril, a la 7 de la mañana, las fuerzas de Harney apoyadas por la artillería de la Atalaya, atacaron el Cerro del Telégrafo y capturaron sus primera línea de defensa mientras tanto otra fuerza atacaba las tropas de reserva y las Baterías ubicadas en el Cerro.

 Por su parte en el sur, Pillow, confundido en su ruta, fue a presentarse a tiro de pichón de las Baterías de la entra sur y tuvo mucha bajas, incluso el mismo Pillow, fue herido.

 La mala fortuna quiso, que los defensores del sur, se percataran que su retaguardia estaba perdida, y los Cerros tomados y prefirieron rendirse.

 Para ese momento las brigadas de Shield y de Coronel Eduardo Baker con el 4 regimiento de Illinois pasaban el Cerro del Telégrafo y atacaron el campamento mexicano haciéndose del control de la carretera nacional y la ruta de evacuación, por cierto entre la confusión y la masacre, se perdió la pierna preferida del General Santa Anna y su tren de aprovisionamiento con 16,000 pesos en plata para la paga de los soldados.

 Para las 10 de la mañana del día 18 de abril todo había acabado, Santa Anna y unos 6000 hombres huyeron  como pudieron del campo de batalla, dejando unos 3000 prisioneros y alrededor de 350 muertos, incluyendo la valiosa perdida del General Ciriaco Vázquez en el Cerro del Telégrafo.

MEXICO Y SUS PROFECIAS

DEL CONDE DE  ARANDA A SERVANDO TERESA DE MIER  Y FERNANDO VAZQUEZ RIGADA, SIN PASAR POR LOS MAYAS.

Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta/FUNDACROVER A.C.



Los estudiosos y pueblo en general dan puntual seguimiento a los  distintos acontecimientos mundiales; en cada uno de ellos, los interesados buscan un indicio que valide las profecías mayas, aún ante las protestas de sus actuales representantes, quienes aseguran que no se trata del fin del mundo sino de un cambio.

Cambio, transformación o fin, el caso es que muy pocos hablan sobre las  profecías políticas del Conde de Aranda y del Dr. Servando Teresa de Mier, que nada tienen que ver con los mayas ni con Nostradamus, pero que han sido más acertadas y claras que la de los antes mencionados.

Pedro Pablo Abarca de Bolea (1719-1789), más conocido por su título nobiliario de Conde Aranda, fue un noble español  simpatizante de las ideas ilustradas del siglo XVIII, cuya destacada labor política  en los gobiernos de los reyes Carlos III y  Carlos IV de España lo hizo merecedor a lugar destacado de la historia.

Aranda fue un hábil político a quien se le atribuye la expulsión de los jesuitas de los territorios españoles en América, pero es casi desconocida su obra profética respecto a la visión que tuvo después de la independencia de las trece colonias.  Visión que fue conocida como el Dictamen de Aranda, mismo que redactó y envió al rey Carlos III. En dicho documento, de una manera elocuente y brillante, Aranda exponía al monarca el peligro que representaba la nueva república para las colonias españolas y la necesidad de crear  nuevos reinos que estuvieran vinculados a España a través de una especie de federación de reinos  unidos por un Emperador.

“Esta República Federativa ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que en su engrandecimiento”.


Si esto no fuera suficiente, contamos con otra profecía histórica, la del Dr. Servando Teresa de Mier (1763-1827), conocido por sus discursos heterodoxos sobre la Virgen de Guadalupe y - para no variar - el 13 diciembre de 1823 pronuncio un  discurso durante la instalación del segundo congreso mexicano que daría vida a la Constitución de 1824, mismo que fue conocido como el “Discurso de las Profecías”.  Dicho documento fue rescatado por Carlos María de Bustamante en su obra “Cuadro Histórico de la revolución mexicana de 1810”, mismo que en mi opinión debería ser texto obligado para todo aquel que quiera acceder a puestos de elección popular, - soñar no cuesta nada- como bien decía don Servando: “Puedo errar en mi opiniones, éste es el patrimonio del hombre”.

En dicho documento el Dr. Servando  realizó una profética descripción de un país en pañales que requería una federación moderada, ante los peligros en el exterior provenientes de naciones expansionistas e imperialistas, así como la necesidad  de fortalecer virtudes como la prudencia y combatir graves vicios arraigados desde la Colonia como el ataque a la corrupción, la megalomanía  y las políticas improvisadas.

Rafael Estrada Michel en su obra “La Teoría constitucional en la Profecía del padre Mier sobre la Federación Mexicana” sintetiza brillantemente el planteamiento de Servando Teresa de la siguiente manera: Federalismo mitigado, tendente a evolucionar, protector de la unidad de la nación y la  independencia en general.  (http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/hisder/cont/11/cnt/cnt3.htm)

En la actualidad, es un joven politólogo, Fernando Vázquez Rigada, quien retoma el cayado de aquellos que parecen clamar en el desierto, con su participación en capsulas como “Futuros anticipados”, artículos periodísticos y recientemente con la publicación de su obra “Las Palabras de Cassandra”, Vázquez Rigada nos anuncia un futuro para México que puede y debe ser diferente, a través de las moderna ciencia de las profecías, denominada Prospectiva política.

¿Seguiremos sordos?

miércoles, 15 de febrero de 2012

DICTAMEN DEL CONDE A ARANDA A CARLOS III (FRAGMENTOS)

DICTAMEN DEL CONDE DE ARANDA
Señor:
El amor que profeso a Vuestra Majestad, justo reconocimiento a las honras con que me ha distinguido y el afecto que tengo a mi Patria me mueven a manifestar a la soberana atención de Vuestra Majestad un pensamiento de juzgo del mayor interés en las circunstancias presentes…
Las colonias americanas han quedado independientes; este es mi dolor y recelo.
Esta República Federativa ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que en su engrandecimiento.
La libertad de religión, la facilidad de establecer las gentes en términos inmensos y las ventajas que ofrece aquel nuevo gobierno, llamarán a labradores y artesanos de todas las naciones, porque el hombre va donde piensa mejorar de fortuna y dentro de pocos años veremos con el mayor sentimiento levantado el coloso que he indicado.
Engrandecida dicha potencia anglo-americana debemos creer que sus miras primeras se dirijan a la posesión entera de las floridas para dominar el seno mexicano. De este paso, no solo  nos interrumpirá el comercio con México siempre que quiera, sino que aspirara a la conquista de aquel vasto imperio, el cual no podremos defender desde Europa contra una potencia grande, formidable, establecida en aquel continente y confinante con dicho país.
Después de las más prolijas reflexiones que me han dictado mis conocimientos políticos y militares y de más detenido examen sobre una materia tan importante, juzgo que el inicio medico de evitar tan gran pérdida, y tal vez otras mayores es el que contiene el plan siguiente:
Que vuestra Majestad se desprenda de todas las posesiones del continente de América, quedándose únicamente con las islas de cuba y de puerto rico en la parte septentrional y algunas que más convengan en la meridional con el fin de que ellas sirvan de escala o depósito para el comercio español.
Para verificar este vasto pensamiento de un modo conveniente al España se deben colocar tres infantes en América: el uno del rey de México, el otro del Perú y el otro de los restantes de tierra firme, tomando vuestra Majestad el titulo de Emperador.
Las condiciones de esta gran cesión pueden consistir en que los tres soberanos y sus sucesores reconocerán a vuestra Majestad y a los Príncipes que en adelante ocupen el trono español por suprema cabeza de la familia.
Que el rey de nueva España le pague anualmente, por la sesión de aquel reino, una contribución de los marcos de la plata en pastas o barras para acuñarlo en moneda en las casas de Madrid y Sevilla.
Que el del Perú haga lo mismo con el oro de sus dominios, y que el de tierra firme envie cada año su contribución en efectos coloniales, especialmente tabaco para surtir los estancos reales de estos reyes.
Que dichos soberanos y sus hijos casen siempre con infantes de España o de su familia y las de aquí con príncipes o infantes de haya, para que de este modo subsista siempre una unión indisoluble entre las cuatro coronas, debiendo todos jurar estas condiciones a sus advenimiento al  trono.
Que las cuatro naciones se consideren como una en cuanto a comercio reciproco, subsistiendo perpetuamente entre ellas la más estrecha alianza ofensiva para su conservación y fomento.
Que no pudiendo nosotros surtir aquellas colonias de los artefactos que necesitan para su uso sea la Francia, nuestra aliada, la que provea de cuantos artículos no podamos nosotros suministrarlas, con exclusión absoluta de la Inglaterra, a cuyo fin apenas los tres soberanos tomen posesión de sus reinos, aran tratados formales de sus reinos con la España y Francia, excluyendo a los Ingleses, y conocerán potencias nuevas, pueden hacer en esta parte lo que libremente les acomode.
Las ventajas de este plan, son que la España, con la contribución de los  tres reyes del nuevo mundo, sacara mucho mas producto liquido que ahora de aquellas posesiones; que la población del reino se aumentara sin la emigración continua de gentes que pasan a aquellos dominios; que establecidos y unidos estrechamente estos tres reinos, bajo las bases que he indicado, no habrá fuerzas en Europa que puedan contrarrestar su poder en aquellas regiones, ni tampoco el de España y Francia en este continente; que además, se hallaran en disposición de contener el engrandecimiento de las colonias americanas o de cualquiera nueva potencia que quiera erigirse en aquella parte del mundo; que España, por medio de este tráfico, despachara bien el sobrante de sus efectos y adquirirá los coloniales que necesite para su consumo; que en este tráfico podrá aumentar considerablemente su marina mercante y por consiguiente de la guerra por hacerse respetar por todos los mares; que con las islas que he dicho no necesitamos mas posesiones, fomentándolas y poniéndolas en el mejor estado de defensa y, sobre todo , disfrutaremos de todos los beneficios que producen las Américas sin los gravámenes de su posesión.
Esta es la idea por mayor que he formado de este delicado negocio. Si mereciese la soberana aprobación de vuestra Majestad la extenderé, explicando el modo de verificarla con el secreto y precauciones de vida, para que no lo trasluzca la Inglaterra hasta que los tres infantes estén en camino, más cerca de América de Europa, para que no puedan impedirlo. ¡Qué golpe terrible para el orgullo Ingles! Pero no importa, porque se pueden tomar providencias anticipadas que precavan los efectos de resentimiento.
1783