viernes, 15 de octubre de 2010

MEMORIA DE CANITO

Canito
Memorias de una vida inútil, pero divertida.

Por. Miguel Salvador/ FUNDACROVER A.C.
Canito se mimetizaba por las calles del puerto jarocho. Caminaba como tantos otros, con rumbo fijo pero omitiendo la brújula ósea en automático. Su destino era cierto y motivado, un nuevo bar del centro histórico. Su objetivo sofocar su sed aunque eso ocasionara el despertar de sus recuerdos amorosos, que solo el alcohol logra liberar. Aún bajo esta advertencia apresuró su marcha, pues es un convencido que las depresiones profundas se curan motivándolas.
Sin embargo, aquella tarde las improntas iconoclastas se perpetuaban en su mente. Sobre la avenida Zaragoza un joven vendedor de cuadros exhibía una virgen guadalupana de estilo cubista. El joven vendedor de origen humilde, mostraba en su piel los embates del sol tropical, por su aspecto rural le pareció un moderno Juan Diego cuya misión era recordarle al mundo que las encomiendas divinas no son voluntarias.
No bien intentó atravesar la Avenida una camioneta tripulada por una minúscula hermana mercedaria estuvo a punto de atropellarlo. En aquel enorme vehículo con todas las comodidades que puede ofrecer la tecnología sólo se alcanzaban a ver las cabezas de las hermanas que por mayoría viajaban en aquel lujo, mientras el Juan Diego del siglo XXI se perpetuaba en los anales de las imágenes cotidianas bizarras e injustas.
Otra señal pensó. Así que para evitar sobrecargarse de las mismas prefirió cortar camino por los callejones para llegar a la plazuela de la campana.
Como lo suyo de hecho no es la sociabilización y sólo la utiliza en contados casos y de manera limitada, como el entablar una conversación rutinaria con el mesero. Canito escogió el lugar del fondo, aquellos que ni los meseros recuerdan, un lugar distante de todo y de todos, pero cerca de la ventana.
Desde la ventana podía observar la calle, ir y venir de los transeúntes, de los vivientes sin vida, de los silencios solo interrumpidos por la bocina de un taxi cuyo conductor está furioso con la programación mal hecha del semáforo.

Tomó su botella de cerveza y se la empinó, mientras esperaba su dotación de cacahuates rancios, hizo un análisis de su entorno esperando encontrarla, como siempre en su mente atormentada, intento fingir que no era así, aunque su imaginación le jugaba malas pasadas y la hacia verla pasar por cada esquina con aquel caminar saleroso.
Así, mientras esto hacia, fijo su mirada en una tienda ubicada frente a la ventana de la esquina solitaria. Era una tienda de artículos religiosos, en cuya entrada de regular estatura, se encontraban exhibiendo dos imágenes. Una del Sagrado Corazón y otra de San Judas Tadeo. Ambos figuras perecían mirarlo con atención, asechando sus movimientos, indagando, censurando.
Canito se empinaba la botella, y de reojo observaba las imágenes. Le parecía que una de ellas, la del frente estaba por recibirlo, con sus brazos abiertos y sus destellos divinos. Quiso ocultarse tras la botella, pero no pudo, al mirar por el oscuro vidrio las imágenes se distorsionaban. Canito no es creyente de las señales, desconfía de los pronósticos del tiempo y de las aseveraciones de los que leen los cielos. No porque este nublado lloverá o porque ella no le hable es porque no le ama. Un trago más para pensar mejor las cosas, sin embargo Jesús sigue mirándolo fijamente, no parece alegre, mucho menos parece decir salud, es como un mensaje o como una forma de comunicarse íntimamente con Canito. No lo sabe, ni piensa mucho en averiguarlo. Mira a un lado, mira al otro, observa al mesero. Canito se cambia de lugar.

Fotos: Francisco Almazan
Miguel Salvador

ESTIMULOS A LAS CREACION ARTISTICA

EL VIOLINISTA RUSO

EL VIOLINISTA RUSO O MEMORIA DE UNA INFAMIA
LA FORTALEZA DE PEROTE DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL SIRVIO COMO CAMPO DE CONCENTRACION EUFENICAMENTE LLAMADA ESTACION MIGRATORIA.

Por: Miguel Salvador/FUNDACROVER

Dentro de las historias que Anselmo Mancisidor Ortiz nos cuenta en su libro Jarochilandia (1971) encontramos la del Violinista Ruso (pág. 157). De acuerdo a Mancisidor, se dice que allá por los años 30 del siglo XX, arribó a Veracruz un hombre de apariencia extranjera, de alta estatura, blanco y de ojos azules, que se decía era Ruso, decía llamarse Sherkachoff. De acuerdo al relato del autor veracruzano este personaje deambulaba por las calles jarochas tocando magistralmente su violín. Las voces populares hablaban que el singular violinista había pertenecido a la Orquesta real del Zar Nicolás II, pero por problemas amorosos había dejado su país natal y recorría, presa de su adicción por la heroína, las calles del puerto.
Sus brazos y piernas- dice Mancisidor- mostraban dolorosamente las huellas de innumerables piquetes de inyecciones de heroína, que se aplicaba para embotar sus sentidos, para perderse en las mentirosas tinieblas del olvido.
Ganando unas cuantas monedas al día el violinista Ruso se perdía por calles y callejones, lamentando su suerte. Así las cosas querido lector, si usted creyó que esto era triste, espere a seguir leyendo. Mi abuela una gran enciclopedia autodidacta decía que Al perro más flaco se le juntan las pulgas, y al pasar de los años el conflicto genocida llamado Segunda Guerra Mundial también llegó a México. La declaratoria de Guerra por parte de México a los países del eje fue el 28 de mayo de 1942.
Cuenta Mancisidor que en el proceso de “levantar” a todos los extraños y posibles enemigos de la libertad, ocurrió que entre la “bola” fue llevado al Campo de Concentración dulcemente denominado “Estación Migratoria” Sherkachoff entre muchos otros marineros y civiles. El principal delito del Violinista era ser extranjero y carecer de papeles para comprobar que era originario del país que jugaba en ese momento con los buenos. Fue en ese gélido lugar, donde con el paso del tiempo el violinista ruso ofreció su último recital, muriendo de tristeza y pena entre los gruesos y fríos muros de la fortaleza de San Carlos en Perote.

Esta historia bien podría ser parte de las leyendas de la Mtra. Oralia Méndez ó pasar como una más de las historias perdidas de la ciudad de Veracruz, cuyo superávit en tipos pintorescos hace que con el tiempo si no se documentan sólo sean parte de las leyendas urbanas, sin embargo está historia tiene un lado que es interesante investigar, pues durante las recientes excavaciones en la fortaleza de Perote se encontró en el aljibe una placa que de forma extractada por cuestiones de espacio explicare de la siguiente manera: Según los patrocinadores de la placa los Alemanes Fritz Bartelt Garin, Hanz Bartelt y Alfredo Ulrich, la misma fue colocada cuando limpiaban el aljibe para que quedara constancia de su injusto internamiento el 8 de febrero de 1942, ósea tres meses antes de la declaratoria de Guerra, en la misma placa se afirma que fueron detenidos 250 marinos alemanes y 350 italianos. De acuerdo a la misma en le primer semestre de 1943 salieron varios internos, pero todavía quedaban varios civiles alemanes (¿Ruso?) que no tenían amigos o familiares que abogaran por ellos, y así las cosas les llegó el 25 de febrero de 1945 aún siendo hospedados en la Fortaleza de Perote.
Un extracto de l aplaca reza así: Se le suplica al que descubra esta placa algún día en el rodar de los años , que no la destruya pues se dese quede como un recuerdo de los alemanes intervenidos aquí por tanto tiempo- Esta placa fue puesta aquí asl ser limpiado este aljibe en febrero de 1945, bajo la supervisión de Alfred Ulrich y fue redactada e inscrita por Hans Barlt Garin. Ambos internados civiles alemanes.
Igual esta historia les interesa a la Embajada Alemana en México, pues independientemente del señor Humbolt, existen otras historias de alemanes que lucharon por la causa mexicana como el caso de Sebastián Holzinger o porque no, estos marineros y civiles alemanes del siglo XX.
azueta@hotmail.com

jueves, 14 de octubre de 2010

¿MAR O MONTAÑA?

¿MAR O MONTAÑA?

Por: Sonia López Azueta/ FUNDACROVER-ITALIA


Al parecer, en Italia, esta es la pregunta casi obligada al momento de ir de vacaciones de verano.

Para algunos la respuesta podría resultar obvia: mar, naturalmente; qué podrían ofrercer unos días a varios metros de altura?

Si es verdad que las vacaciones reflejan la personalidad, un período de descanso en sitios de montaña será elegido sobretodo por gente que aprecia la tranquilidad y la proximidad con la naturaleza.

Nevegal, un altiplano situado a mil metros de alutra sobre el nivel del mar que forma parte de los prealpes de Belluno, al norte de Italia, es una de las tantas hermosas localidades montañosas. Con excelente ubicación, es acudida no solo por los mismos belluneses sino también por los habitantes de las llanuras, así como de la isla de Venecia.

Excelente la idea de alojarse en un apacible hotel, en medio de prados y pinares. Pero la experiencia en el campamento resulta particularmente especial, si se desean reforzar los lazos familiares y de amistad. Los habitantes semifiijos se alojan en remolques anexos a cabañas prefrabricadas de madera y las familias visitantes arriban a bordo de sendas casas rodantes; en el pintoresco “campeggio” la colaboración es primordial para disfrutar en armonía de una comida al aire libre, compuesta ya sea de carne o pescado y verduras a las brasas.

Durante los días más cálidos son gratos los baños de sol mientras se disfruta de una buena lectura tendido sobre la hierba. En las mañanas que pueden presentarse hasta a 16 grados centígrados, un recorrido en busca de diversas variedades de setas proporciona relajación, con la recompensa de almorzar la propia recolecta, la recomendación especial al realizar estas exploraciones es siempre hacerse acompañar por un conocedor, para evitar el tener que llamar a una ambulancia si se consumen hongos tóxicos. Por las noches en el pequeño bar se organizan partidas de billar, en ocasiones la música viva ameniza con un repertorio de twist, rock and roll, bailes de salón y con suerte una que otra pieza de salsa o merengue. Para los más jóvenes nada de tiempos muertos, la diversión está garantizada con amigos instantáneos al lado de quienes recorrer el lugar en bicicleta, jugar a la pelota o al ping pong hasta altas horas con el permiso de la mayoría de los padres, en este recinto los pocos autos que circulan avanzan a paso de hombre. El sueño se concilia después bajo las estrellas.

A poca distancia del campamento, una pista de esquí se trasforma en punto de lanzamiento utilizando un particular medio con forma de pequeña lancha redonda. En bajada desde la colina, niños y adultos alcanzan velocidades tales en estos coloridos aros inflables, que no es raro ver volar por los aires algun zapato. Los más intrépidos encuentran la justa dosis de adrenalina escalando la roca o praticando ciclismo de montaña.

Para una experiencia más espirtual el Santuario dedicado a la Vírgen de Lourdes ofrece sensación de paz con algunos cantos gregorianos al interior, murales, jardines de hortencias, rosas y girasoles; mientras que en las elevaciones cercanas, aspirar profundamente inunda los pulmones de fresco aire puro, el cerebro se oxigena y se traen al olfato balsámicos aromas de pino y menta silvestre. Praticar senderismo o caminata nórdica apoyándose en bastones, favorece el bienestar físico al involucrar casi toda la musculatura y las articulaciones, rodeados por un fabuloso ambiente que reduce la tensión y aumenta el sentimento de modestia ante las cimas coronadas de nubes y los tupidos bosques de alerces y abetos. Todas esas calorías consumidas se pueden reponer ingiriendo productos locales altamente reconocidos por ser sanos y deliciosos: quesos, carne de ciervo, espárragos y espinacas silvestres; leche, miel, arándanos y moras, se combinan en antiguas recetas jamás escritas.

La pasión por la altura, la aventura, el frío y también por el peligro, moldea el carácter de los amantes de la montaña, valerosos, resistentes a la fatiga, sensibles y emocionales; después de todo no es difícil aprender a amar a la montaña porque ella te hace sentir vivo, libre.