lunes, 23 de noviembre de 2009

VERACRUZ A RITMO DE DANZÓN




Por Ricardo Rubin

Todo el que llega al puerto de Veracruz quiere ver bailar danzón, porque se dice que ese ritmo musical, suave y cadencioso, es el latido del corazón jarocho.
        El danzón se baila en su mejor expresión en el Zócalo, miércoles y domingos, desde hace muchos años; y en el Parque Zamora los martes y sábados.
       El danzón es de origen cubano, y nació cuando Miguel Failde dio a conocer su composición “Las alturas de Simpson” en el Liceo de Matanzas en 1879. Se presentó con el ritmo de danza criolla, pero ampliando notablemente las partes, por lo que desde entonces se llamó danzón.
       Los cubanos que llegaron después a este puerto trajeron ese ritmo y el gusto refinado por el buen ron y los puros olorosos, y pronto los jarochos incorporaron esos elementos de vida y de alegría a su forma de ser. Y la cadencia se hizo poesía cuando se estrenó “Nereidas” y tuvo variaciones tan atractivas como “Almendra” y más tarde “Teléfono a larga distancia”.
       El danzón, como el tango, fue primero un privilegio de las clases pobres, y se bailó como nunca en aquellos legendarios patios de vecindad y en las fiestas de estibadores y pescadores, hasta alcanzar carta de naturalización jarocha en su más alta expresión
       Se sostiene que el danzón puede bailarse sobre un ladrillo, y que aún debe sobrar espacio en el mismo, y ese decir se refiere a que dicho baile, por ser tan suave y cadencioso, permite a la pareja moverse muy poco pues el ritmo se lleva tanto con el cuerpo como con los pies pero de una manera lenta, sensual, casi hipnótica. Un abrazo une a la pareja, pero en forma elegante y gentil, un ritmo que es casi un ritual de amor y de encuentro.
      El buen danzón se baila en estribillos, y en cada descanso la bailadora se abanica y el caballero se limpia el sudor con su pañuelo y le platica al oído a su pareja. Este interludio o descanso es necesario porque el calor del clima jarocho también lo impone Hay en este puerto varias asociaciones que fomentan y preservan al buen danzón. Entre ellas “Danzoneros Hoy y Siempre” y “Grupo Tres Generaciones”.

“Danzón”, por cierto, fue una excelente película que no sólo revivió el gusto por dicho baile, sino que sirvió de gran impulso turístico a nuestro puerto. Como recordarán, la interpretó María Rojo y el jarocho Daniel Rergis en el papel de Carmelo Benítez.
       Legendarias, finas bailadoras de danzòn que no se olvidan son la “Negra” Natalia, tía del buen amigo Tiburón González, que también sabe mover bien la cadera, y a quien el legendario Paco Píldora le dedicó una de sus mejores poesías de tipo negroide, tan buena como las mejores de Nicolás Guillén; María Camiròn, la robusta Guillermina, La “Mulata” Rosario, La bella Carmen; y Benito Torres, Firpo Espinosa “Cara ‘e Cajón”, “El Gordo” Sigifredo Alcántara, Tony Salinas “el Mata ‘e Pita”, el mismo e inolvidable Paco Píldora. Todos ellos, bailadores legendarios del danzòn en la época en que dicho baile era un verdadero arte y una poesía.
      Y no se pueden olvidar tampoco las buenas orquestas que tocaron el danzòn en aquellos bailes populares de salón y de patios de vecindad, como las de Severino Pacheco, Albertico Gómez y los Chinos Ramírez. (En la foto, María Rojo y Daniel Rergis, en la película “Danzòn”).



martes, 10 de noviembre de 2009

Consejo Directivo y Administrativo


CONSEJO CONSULTIVO


Mtro. Jaime Velázquez Arellano
C. Félix Martínez González
C. José Perez de León
C.P. Victor Gardoqui Zurita
Dr. Horacio Guadarrama
Mtro. Ricardo Homs


CONSEJO DIRECTIVO        



Mtro. Miguel Salvador Rodríguez Azueta
Presidente   


Inv. Ricardo Cañas Montalvo
Vicepresidente

Arq. Francisco Muñoz Espejo
Vicepesidente adjunto


L.A.V. José Francisco Almazán Guillén
Secretario Ejecutivo


C. Eduardo Flores Romero
Secretario

C.P.Teresa Rabassa Bartolomé
Tesorera


CONSEJO ADMINISTRATIVO


C. Daniela Celeste de la Cruz Soberanis
Relaciones Públicas y Proyectos especiales


L.C.C. Moises Jimenez
Comunicación Social

L.D.G Gloria Torres Rivera
L.D.G. Luis Saenz Benavides
Arte y Diseño

lunes, 9 de noviembre de 2009

ANTONIO LOPEZ DE DE SANTA ANNA EL HOMBRE QUE BURLÓ A LA MUERTE PERO NO SU DESTINO


Por: Miguel Salvador

El pasado 11 de septiembre se conmemoraron 180 años de la Victoria de Tampico. En aquella ciudad hubo celebración y gracias a las gestiones constantes del historiador David Granados Ramírez y de la Asociación Rescate Histórico de México, el hecho histórico no paso desapercibido. Pero… ¿Qué se conmemoró?.

Ni más ni menos que la derrota de la vanguardia española de reconquista a cargo del ejército de operaciones al mando del General Antonio López de Santa Anna quien contuvo en las riveras del Pánuco a las huestes de Fernando VII al mando del Brigadier Isidro Barradas.

Algunos historiadores me dirán que los españoles realmente fueron derrotados por la impericia de su comandante ó por los elementos naturales; llámese huracán, moscos, enfermedades. Muchos detractores del general Santa Anna a través del tiempo han querido minimizar e incluso desaparecer de los anales de la historia aquella épica jornada, lo cierto es que de no ser por el inquieto general veracruzano, a estas alturas es probable que aún seguiríamos festejando los nacimientos de las infantas y manteniendo, además de nuestros distinguidos diputados, el costoso estilo de vida de los Borbones.

Además de objetivos, debemos ser muy realistas, recordando que en 1829 el país venía saliendo de una revolución que había provocado fuga de capitales - el saqueo del Parián- para darnos una idea de la situación financiera recurriré al análisis hecho por Lorenzo de Zavala - el Agustín Carstens de aquella época- el cual manifestaba que las aduanas marítimas estaban empeñadas en millón y medio de pesos y que en síntesis, las rentas publicas habían desaparecido y el crédito era inexistente por la suspensión de pagos a los acreedores.

Ante este panorama desolador, grupos Borbonistas en México alentaron la famosa expedición de reconquista, sin contar que el General Santa Anna recolectando dinero por aquí y por allá, logró salir de Veracruz con un grupo de valientes soldados y voluntarios para enfrentar la amenaza hispana.

Hoy en día se siguen publicando libros y novelas sobre la vida de Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez Lebrón, en muchos se le acusa de haber vendido más de la mitad del territorio. ¡Falso! Cuando los tratados de Guadalupe Hidalgo se firmaron ya no ejercía el poder y de hecho andaba a salto de mata tratando de evadir una patrulla de ranger´s que andaba tras su cabeza, mejor sería que los historiadores den a conocer los nombres y apellidos de los diputados que aprobaron los tratados. ¿Vendió la mesilla?, esa parte es cierta en el sentido de que, o vendía o los americanos nos la quitaban por la fuerza.

Que si dictador, que si un vende patria, etc, etc, sin embargo en mi opinión y después de estudiar con detenimiento su vida, creo que el señor podría haber sido todo menos un cobarde, tal vez si un desencantado del país o de los verdaderos dueños del poder que tantas veces lo llamaron al ejercerlo y otras tantas lo dejaron sólo con todo el paquete.

En mi opinión creo que Santa Anna fue una necesidad de su tiempo, y aunque a muchos no les agradará este artículo, les diré que mejor nos apliquemos en trabajar mejor el tema, ya que no es posible que otros investigadores –extranjeros- saquen mayores conjeturas y provechos para sus Universidades sobre vida y obra del general Santa Anna, como la famosa Victoria de Tampico o de su aportación a la naciente republica al haberse opuesto a Iturbide en diciembre de 1822. Les guste o no, el general Santa Anna fue el padre de la republica y la ciudad de Veracruz orgullosamente fue sede se ese grito libertario, tal como en su momento Guanajuato del grito de Dolores.

Al ahondar más sobre su vida, no que queda la mayor duda que Santa Anna buscó sin conseguirlo, la muerte en el campo de batalla; adicto a los juegos de azar, a la gloria y enemigo de ejercer el poder burocrático, decepcionado de todos y de él mismo, afrontó un cruel destino no digno de los hombres de su talla. Así como el gran Corso terminó sus días oteando el horizonte desde una Isla perdida, el vencedor de Tampico, el protector de la libertad mexicana vio llegar sus días empapado de excremento líquido y envuelto en su hedor a los 82 años de edad.

Insisto pues, que a nuestra memoria colectiva le hace falta ejercitar más el hemisferio histórico. A los que estén en contra de este artículo les diré lo que sí definitivamente no es posible. No es posible que exista una estatua de Vicente Fox, de Rafael Acosta “Juanito”, estadios deportivos o avenidas con el nombre de José López Portillo y no haya nada con el nombre de Antonio López de Santa Anna.

Me queda claro que existieron varios Santa Anna, el de antes y después de la Fiesta de San Jacinto durante la guerra de Texas pero también el Santa Anna insurgente, el Santa Anna Republicano y el Santa Anna héroe de Tampico son importantes de rescatar para comprender nuestra historia como nación independiente.

La muerte libera, la muerte absuelve, tal vez la muerte premie a los hombres que la encuentren a tiempo, como Hidalgo quien ya se autonombraba Alteza Serenísima, como Juárez quien iba por su siguiente reelección o como Mouriño que ya no respondió por el asunto de los contratos. En el caso del general Santa Anna la muerte lo despreció, lo evitó en sus momentos de gloria, si hubiera sucumbido en las revieras del Pánuco o con su pierna en Veracruz, durante la guerra de los pasteles, es claro que hoy en día en cada ciudad del país existiría una estatua del padre de la República, del vencedor de Tampico, del cesar veracruzano.

Subo la escalinata del Tepeyac, encuentro mi objetivo y sí, no voy a mentir, mi alma se estremece al comprobar que la memoria sigue ausente, dispersa, lejana y fría. Si algunos repiten la frase de: España nunca madre siempre madrastra, yo al poner el pie en aquel cementerio me pregunto si el México lindo y querido es autista o solo desmemoriado, o como decía la abuela: los mexicanos se hacen como tío lolo.

En una modesta tumba descuidada, invadida por la maleza, con seis antorchas invertidas que significan que Tánatos, el genio de la muerte, siega una vida, se encuentran los restos de aquel que en el campo de batalla burló a la muerte pero no su destino.

HISTORIAS DE LA GENTE ITINERANTE

Por Daniela Soberanis


Las grandes lecciones estan en cualquier lugar, solo se necesita abrir los ojos.

Como casi todos los días, en un punto de la avenida más turbia de este puerto, el consumismo y el capitalismo estaban es su máxima expresión (era quincena), el calor del verano no se comparaba con el infierno que se vivía dentro de aquellos santuarios de perdición monetaria llamados tiendas, algunas establecidas, otras ambulantes.

En una pequeña esquina de dicha avenida se ha establecido una tienda de alma itinerante, está conformada por lo que algunos llaman "hippies", "escorias de la sociedad", "gente que no hace nada", personas, al final de cuentas bajo estos adjetivos.

Su comercio esta compuesto por un trapo deslavado y nada más que los collares, pulseras y aretes que ellos mismos fabrican con diferentes texturas, muchas de estas obras únicas son artesanías con una estética impecable, otras parecen salidas de los sueños más raros; uno de estos comerciantes se encontraba en plena creación de un collar, cuando ocurrió un suceso que me hizo reflexionar.

Pasaban por ese lugar una apurada madre de familia con su hijo bien sujeto al brazo, sus pasos presurosos matizados con la cadencia de sus tacones se perdían con los de las demás personas, más en cambio, los pequeños pies de aquel niño se detuvieron cuando vio lo que para él pudo ser un nuevo tesoro o un artefacto que le ayudaría a ir a un lugar lejano, a la luna tal vez, lejos, muy lejos; se separó súbitamente del cobijo de su madre y tomó aquel juguete que estaba en el piso, cerca de las artesanías hippies, el niño volvió a mimetizarse con las rápidas pisadas de los demás, sin embargo cuando vio el éxito de aquella operación, un alarmado padre apareció ante los ojos del niño y los de la señora.

- Devuélvamelo por favor- dijo aquel padre de familia mientras tendía la mano.
- Tira eso a la basura- le ordenó la señora a su pequeño retoño.

El artista fue más hábil y logró quitárselo al niño.

- ¿Qué educación le esta dando su hijo?- gritó el hippie con juguete en mano mientras madre e hijo desaparecían en el mar de gente.

El padre de familia se volvió a sentar en el suelo donde estaban sus collares, aretes y pulseras, se dirigió ante sus demás compañeros.
 
- Es de mi niño, no le he podido comprar otro-

La gente siguió caminando, para los demás era un hippie, un vago, un-bueno-para-nada.

Para mí, que solo observé la escena, era un padre preocupado.


EL ARTE NO MUERDE "2da. Semana del Arte pal' Público Veracruz 2010"



por José Francisco Almazán Guillén/ Vector Mariachi

La “1er Semana del Arte pal' Público México 2009”, creada por Vector Mariachi y la Universidad de la Comunicación en el Distrito Federal, es uno de los festivales independientes que más éxito tuvo durante este 2009, unificando disciplinas de manera no convencional tales como el Performance, Exposiciones de arte, Conciertos y conferencias que reunieron a destacados artistas de reconocimiento Internacional. Tal fue el caso de la presentación del documental “La Changa” que narra la vida del Tepiteño Ramón Rojo Villa propietario del Sonido “La Changa”; la intervención de la Mtra. Mónica Mayer, reconocida Artista Visual colaboradora del Periódico El Universal y de diversas publicaciones en el Reino Unido, así como la presentación del artista Sonoro Arcángel Constantini, uno de los artistas conceptuales de vanguardia más reconocido internacionalmente, creador del “Atari-noise.com” basado en la consola de videojuegos Atari 2600, transformando un juego en un objeto de arte.

Este Festival será presentado en la Ciudad de Veracruz en el mes de Agosto de 2010 en colaboración de Vector Mariachi y Fundacrover, A.C., en diferentes recintos Culturales y Universidades de la Ciudad, para lo cual serán convocados artistas locales de diferentes disciplinas así como artistas de toda la República Mexicana en el Primer trimestre del 2010.

Más información en: www.artepalpublico.com y www.fundacrover.com

MUSEO DE LA CIUDAD, PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Por Daniela Soberanis.

Ubicado en la avenida Zaragoza esquina con Estaban Morales en el centro histórico del puerto de Veracruz, el Museo “Coronel Manuel Gutiérrez Zamora” no solo alberga fragmentos de nuestra historia, sino que también es parte de ella.

Este silencioso testigo de las memorias de Veracruz se vislumbró durante la sesión ordinaria del 27 de febrero de 1852, en la que se aprobó la creación de un orfanato cuyo fin principal era brindar protección a personas desprotegidas como niños o adultos mayores; con el consentimiento de autoridades como el entonces Gobierno del Estado, el auspicio de Don Ildefonso Ricardo Cardeña, Don Manuel Gutiérrez Zamora, la “Junta de Caridad” y los fondos fiscales del Ayuntamiento que provenían de la Aduana Marítima se dio inicio a la construcción de dicha edificación.

En ese mismo año, el 12 de diciembre fue colocada la primera piedra del edificio, debajo de ella se encuentra una “caja de tiempo” dentro de la cual se pueden encontrar algunos objetos alusivos a la época, como documentos y un centenario.

Antes de que su edificación fuera terminada, algunas tropas extranjeras como la infantería de la Real Marina Inglesa y la Legión Española, lo utilizaron como cuartel; algunos meses después fue empleado a manera de hospital de la Marina francesa hasta la retirada de dicho ejército en 1867. Posteriormente sería ocupado por soldados provenientes de la guarnición de la propia ciudad, tiempo después pasó a ser un hospital provisional de mujeres.

Siendo hasta 1870 la inauguración oficial del Hospicio de la Ciudad; ese 12 de diciembre estuvo presente el entonces Gobernador del Estado, el Lic. Francisco Hernández, quien apadrinó y dio el mote de “Hospicio Manuel Gutiérrez Zamora” en memoria de tal distinguida personalidad fallecida, puesto que bajo su tutela y perseverancia se logró realizar el proyecto en su edificación.

Sin embargo fue hasta 1960 cuando dejó de funcionar con este fin debido a que se construyeron instalaciones modernas, lo que hoy se conoce como la Casa Hogar del Niño "Manuel Gutiérrez Zamora", ubicada en el sur de la ciudad.

Para 1969, se decidió remodelar esta obra arquitectónica de diseño neoclásico puesto que se necesitaba abrir un espacio en donde se mostrara la historia y gloria de Veracruz, y fue el 25 de noviembre de 1970 la apertura de lo que actualmente se conoce como el Museo de la Ciudad “Coronel Manuel Gutiérrez Zamora”.

El Museo de la Ciudad es sinónimo de conocimiento, lucha y valor que al paso de los años se ha renovado de la misma forma en que las cuatro veces Heroica Ciudad de Veracruz ha evolucionado.

Agradecimientos a Ricardo Cañas. Coordinador de Guías del Museo de la ciudad por la información proporcionada.

LA PRIMERA INTRODUCCION DEL AGUA POTABLE A VERACRUZ Y LOS “TUNELES” DE LA CONDESA DE MALIBRAN

Por Ricardo Cañas Montalvo


Desde el momento mismo de su fundación, en la Villa Rica de la Vera Cruz se hizo presente el grave problema del abasto de agua potable, en su cuarto y último asentamiento ocurrido alrededor del año 1600 la ciudad de tablas de la “Nueva Veracruz” se abastecía del agua proporcionada por el pequeño arrollo conocido como “Tenoya” el cual nacía de los lagunatos que se encontraban en las faldas de los médanos al sur de la ciudad, como la “Laguna de los Cocos”, la “Ciénega de la Hormiga”, etc. Este arroyo entraba a la antigua ciudad de tablas por la hoy calle de Arista, haciendo un giro hacia el norte en donde hoy se encuentra la Plazuela de la Lagunilla (nombre que se deriva debido al riachuelo en forma de una pequeña lagunita que impedía la construcción inmediata de casas) para posteriormente volver a virar al oriente por la hoy calle de Serdán para finalmente desembocar en el mar, este pequeño río fue desviado de su cause original durante los trabajos de fortificación de la ciudad de Veracruz durante el siglo XVIII con la finalidad de no representar un punto débil en la naciente muralla que rodeaba la población, en pocas palabras, fue sacado del interior de la ciudad, quedando entonces a extramuros, en este arroyo las personas lavaban sus ropas, los niños se bañaban, los caballos, mulas y vacas bebían su agua y a la vez que defecaban en la corriente del mismo, lo que hacia que se volviera por demás insalubre y sobre todo portadora de enfermedades, aunado a que en tiempos de estío casi se secaba quedando convertido en un tremendo lodazal.

Desde 1721 dos ingenieros franceses habían realizado proyectos para la introducción del agua del caudaloso río Jamapa, proyecto que no se llegó a concretar debido a su exagerado costo pues ascendía nada menos que a veinticinco millones de pesos de aquella época y sobre todo a la falta de materiales para poder llevar a cabo su titánica construcción.

En la ciudad amurallada de Veracruz muchas casas tenían grandes aljibes o cisternas en donde se almacenaba el agua proveniente de las lluvias, que en ocasiones y después de algún tiempo de almacenaje, el agua se volvía salitrosa debido a que estos aljibes estaban construidos principalmente de piedra múcara (coral) sacada del mar o se infestaban de larvas de moscos o de esos infectos conocidos como alfilerillo.

Por aquéllos años llega a Veracruz procedente de España el clérigo franciscano Pedro de Buceta, el cual tenía grandes conocimientos de ingeniería y arquitectura, se encontraba recolectando las limosnas para el convento de San Lucas de Barrameda, el Ayuntamiento le solicitó este trabajo y presentó un proyecto de menores dimensiones que consistía en un acueducto subterráneo que traería el agua de las lagunas cercanas a la ciudad, este proyecto fue bien aceptado y apoyado por el trigésimo sexto Virrey de la Nueva España Don Baltasar de Zúñiga Guzmán Sotomayor y Mendoza, Marqués de Valero en el último año de su gobierno, pues fallece el 15 de octubre de 1722 y fue continuada por su predecesor por el trigésimo séptimo Virrey Don Juan de Acuña, Marqués de Casa Fuerte quien la hace concluir.

Fray Pedro de Buceta realizó estudios del agua en las Lagunas de Lagartos y de la conocida, años mas tarde, como laguna de Malibrán, encontrando que en esta última tenía mejor calidad en la misma ya que sus nacimientos naturales se proveían de las filtraciones de los médanos aledaños como el famoso Médano del Perro; se contrataron las fabricas de ladrillo que había en las cercanías y fabricaron un bollo especial de 14 cms. de ancho, 28 cms. de largo y 5 cms. de grosor, los trabajos comenzaron en 1723, para lo cual se construyó una pequeña presa en la laguna de Malibrán con la entrada del acueducto, esta portaba un enrejado de madera para evitar la entrada de animales o ser enzolvado por maleza, el techo se le hizo de forma abovedada para soportar su propio peso, el bollo o ladrillo fue pegado con la mezcla llamada “mortero” la cual consistía sólo de arena y cal, esta última preparada de las conchitas y corales triturados y cocidos. El Fraile fue apoyado por un total de treinta y ocho negros, posiblemente esclavos, siente blancos y quince indígenas quienes realizaban las excavaciones y el levantamiento de la obra, la cual llevaba un declive perfecto que permitía correr el agua en su interior desde su origen hasta la ciudad, el acueducto media de altura poco menos de dos varas de alto por dos de ancho, es decir 1.60 mts (1 vara castellana = 83.6 cms) y tenia una extensión lineal de 4,504 varas, corría el acueducto por la orilla de los médanos y se le construyeron registros para captar las filtraciones de los mismos, el acueducto fue terminado increíblemente en tan sólo tres años, tomando en cuenta la escasos avances tecnológicos del momento y tuvo para el 3 de mayo de 1723 finalmente un costo total de $81,961 pesos y 1/2 real, siendo gobernador en esos tiempos Don Antonio de Peralta y Córdoba, se colocó una placa alusiva a este feliz termino que todavía existe y que se encuentra sobre un arco del antiguo Portal de Miranda del lado de la calle de Mario Molina, por haber sido construido por un franciscano a este acueducto se le conoció como “El Caño del Fraile”

Al llegar el acueducto a la ciudad dotaba del preciado líquido a inicialmente cinco fuentes públicas de dónde la población debía de abastecerse para todas sus necesidades, estas fuentes estaban ubicadas en la siguiente forma:

La famosa fuente de “San Antonio de Padua”, nombrado Santo Patrono de las Aguas de Veracruz ubicada en la Plazuela de San Agustín (hoy parque Obregón) en la 3ª calle de la Compañía de Jesús (Zaragoza) esquina 2ª Calle del Vicario (Mario Molina). Otra fuente se encontraba en la esquina de la 2ª Calle de la Merced y la 2ª Calle de la Condesa (Independencia esq. Esteban Morales). La siguiente se hallaba en la esquina de la 2ª Calle de la Caleta (Independencia) y la 2ª Calle de Nava (Emparan), donde esta el antiguo edificio de la Lonja Mercantil. Así mismo había otra conocida como “Pila de la Aguada” la cual se encontraba muy cerca de la Puerta de Mar o del Muelle junto al lienzo de muralla que corría junto al mar sobre la 6ª Calle de la Playa (Landero y Cos) a la altura de la 2ª Calle de la Alhóndiga (Zamora), de esta se abastecían principalmente los marineros para llevar agua a los buques que llegaban a Veracruz.

Y la última de las primeras fuentes se instaló el 4 de noviembre de 1819 en la Plazuela de Loreto (hoy Parque de la Madre), esta fuente fue adornada con una hermosa estatua de mármol que representaba La Caridad, muy parecida a la que estaba en el frontispicio del antiguo Hospicio Zamora la cual fue traída desde Alemania en 1860 y que hoy adorna los jardines del palacio del Registro Civil.

Este acueducto a pesar de ser una gran obra de la ingeniería de su época no era suficiente para esta sedienta ciudad y para apoyo de la dotación del agua, el gobernador español Don Juan Fernando de Palacio en el año de 1774 mandó a construir un pozo de almacenaje al cual se le conocía como “La Noria” estaba adherida a la muralla y su ubicación era en la 2ª Calle del Mesón del Buzo y la 2ª Calle de Punta Diamante (Aprox. Esteban Morales y Callejón de Reforma) flanqueada por los baluartes de Santa Gertrudis y Santa Bárbara.

La leyenda de los “túneles” nace debido a que en 1761 don Juan de Malibrán y Bósquez compra una hacienda a extramuros al sur de la ciudad, en ella se encontraba esta laguna de la que deriva su nombre, y de donde se alimentaba el acueducto mencionado, la viuda de este acaudalado caballero, la señora Beatriz Real –conocida como La Condesa de Malibrán- se hace cargo de la hacienda y de ella se desprendieron muchas leyendas, entre ellas que su elegante carruaje viajaba por el interior de este mal llamado túnel, desde su hacienda hasta la ciudad amurallada.

Al parecer, este acueducto también dotaba de agua a las iglesias y conventos, uniéndolos de forma subterránea y volaba la leyenda urbana que era utilizado por los frailes de distintas ordenes religiosas para ir de un convento a otro sin ser vistos a la luz del día; sobre todo, de ello se habló mucho que en la época en que se redactaron las Leyes de Reforma en nuestra ciudad (1859) los sacerdotes escondieron sus sagrados objetos --muchos de ellos de gran valor por ser de preciados metales- dentro de los acueductos para evitar que el gobierno Juarista se los confiscara, se decía también que en el “túnel” eran abandonadas hasta su muerte las monjas que resultaran embarazadas, cuestión difícil de entender debido a que en Veracruz solo había hombres en los conventos para que pudieran aguantar el difícil clima y la insalubridad de esta ciudad amurallada de los siglos XVIII y XIX, así como también se comentaba que el “túnel” pasaba debajo del mar, atravesando la bahía hasta llegar a la Fortaleza de San Juan de Ulúa, cosa por demás imposible de haber llevado a cabo debido a la tecnología de esa época.

Para los años 60´s del siglo XIX y después de casi ocho décadas de construcción de un nuevo acueducto que traía las abundantes aguas del río Jamapa, la red de fuentes fue ampliada hasta llegar a un total de catorce, inclusive algunas a extramuros como la hermosa fuente “Hidalgo” conocida comúnmente con el nombre de “Las Sirenas” inaugurada el 10 de febrero de 1867 y que se ubicaba en la antigua Alameda (Parque Zamora) donada por los artesanos de la ciudad como agradecimiento a los regidores Domingo Bureau y Sr. Sentíes por sus apoyos; en la Plazuela de Loreto -hoy Parque de la Madre- en donde se hallaba una de las viejas fuentes se construyeron en 1869 los famosos “Lavaderos Públicos” a expensas del Ayuntamiento estaban bajo techo y en funcionamiento las 24 horas del día y vinieron a solucionar en parte el problema del abasto del agua para lavar.

Una de las últimas noticias que se encuentran del funcionamiento del “Caño del Fraile” es que en 1880 la Sra. Murphy, concesionaria de la Fábrica de Gas que se encontraba a extramuros y en el antiguo paseo de la Libertad, solicita al Ayuntamiento el permiso para conectarse a este antiguo acueducto, pues su empresa no es beneficiada con la nueva introducción de agua, esto quiere decir que el antiguo acueducto de Pedro de Buceta continuaba funcionando ciento cincuenta y cuatro años después de su construcción, lo que nos demuestra lo excelente de su calidad.

Estos acueductos quedaron abandonados cuando se realizaron las obras del Puerto de Veracruz llevadas a cabo bajo el régimen de Porfirio Díaz, en donde por medio de potentes bombas construidas en El Tejar y con la moderna tubería se logró introducir el sistema de agua potable que dotaba de agua a todas las casas de Veracruz, y fue inaugurado el 27 de Febrero de 1904. Hoy en día, el antiguo acueducto llamado “Caño del Fraile” debe de estar en su mayoría derrumbado, el mapa de su ubicación desapareció de los viejos archivos quedando solamente los manuscritos del Fraile Buceta y por lo tanto se ignora por donde pasaba con exactitud, se habla que corría bajo los callejones del centro, e inclusive debajo de algunas casas, por platicas y comentarios de veracruzanos de la “Vieja Guardia” se sabe que cuando se hacían reparaciones o construían algunos edificios del centro se llegaron a encontrar los restos este antiguo acueducto, algunos en regular estado, que hace 286 años fue la primera introducción de agua potable a nuestra ciudad y del cual nacen las bonitas leyendas que nos contaban nuestros abuelos sobre los “Túneles de la Condesa de Malibrán”.

¿QUE ES UN CURADOR DE ARTE?

Por: J. Francisco Almazán Guillén
 
Cuando usted visita una exposición de arte, le podrán surgir una serie de preguntas:

¿Quien hace posible una exposición?, ¿Quien gestiona la valuación, manejo y preservación de las obras expuestas? , ¿Quien decide donde serán dispuestas las obras a exponerse?

Estas y otras actividades son desarrolladas por el curador de arte, el cual es un especialista en el ejercicio de los valores estéticos formado principalmente en el campo de la Filosofía, Historia del Arte, Artes Plásticas o Visuales.

El curador transmite al público el argumento a lo largo de una exposición, para lograr con esto la mejor comprensión de las obras expuestas y cumplir con los fines educativos de la misma, para lo cual debe elegir por principio el tema de la exposición, y realizar una selección de la obra que será presentada mediante un minucioso trabajo de investigación. Los Criterios para el Diseño y Montaje de una Exposición son por así decirlo… “La Firma del Curador”.

Existen Curadores de carácter Público, Privado e Independientes, a algunos de ellos los podremos encontrar en Museos, Galerías de Arte, Fundaciones o bien tomando espacios urbanos para dar a conocer su trabajo. Dependerá del tipo de museo, su importancia y su acervo museográfico lo que definirá el número de curadores especialistas que se desarrollaran en dichos espacios, cada uno cumpliendo una función específica que va desde la Jefatura, Diseño de la Exposición, Conservación, Investigación etc.

El Curador de arte por tanto es hoy en día el argumentista de una exposición, el puente de comunicación entre el artista y el público, el que da forma y enriquece una muestra, pero sobre todo es un catalizador de ideas y sentimientos.