domingo, 27 de abril de 2014

"LA PESADILLA JAROCHA, MEMORIAS DE PANCHITO VIVEROS" NOVELA DE CORTE HISTORICO


  Editado por tercera ocación, ahora por el Gobierno del Estado de Veracruz, a través de la Editora de Gobierno, la novela narra las memorias de Francisco Viveros y Rodríguez, un personaje ficticio que cuenta sucesos reales ocurridos en tierras veracruzanas durante la primera mitad del siglo XIX.
        
 Corre el año de 1847 y Pancho Viveros, soldado de la Guardia Nacional cae herido en el combate contra la invasión estadounidense a Veracruz. El joven es trasladado a la  hacienda de Santa Bárbara en Xalapa donde lo espera su padre, Francisco Viveros y Rodríguez, quien ayudado por el sacerdote José Arzamendi comienza a redactar sus memorias para dejárselas a su hijo una vez que éste se recupere.

En ellas, recuerda su infancia en Vigo, su ingreso como soldado del regimiento de Asturias con el cargo de asistente de corneta de órdenes en 1807 y a la edad de 12 años, su paso por distintas ciudades de España, La Habana, Cuba y su llegada al Puerto de Veracruz.

Además de describir a manera de crónica las cruentas batallas, los horrores de la guerra, las epidemias y enfermedades, sus amores de juventud y la forma en que los españoles fueron recibidos por el pueblo veracruzano, durante el relato se conocen aspectos de la vida de personajes históricos como Antonio López de Santa Anna, Guadalupe Victoria,  Juan O´Donojú e Iturbide.

Temas como la traición, el amor, la amistad y la defensa de la patria son abordados de manera ágil y detallada en La pesadilla jarocha. Memorias de Panchito Viveros 1812-1829, donde se revela un episodio en la historia de la ciudad.

El autor  transporta a los lectores a sucesos como la firma de los Tratados de Córdoba y la formación del Ejército de las Tres Garantías, además de mostrar las costumbres, tradiciones y dichos de la época.

Miguel Salvador Rodríguez Azueta nació en la ciudad de Veracruz en 1971. Abogado de profesión ha ejercido cargos públicos como la administración del Museo de la Ciudad y presidente de la Fundación de la Crónica Veracruzana (Fundacrover).

 Articulista de diarios del estado de Veracruz, gestor y promotor cultural, en 2007 recibió el Premio al Mérito Ciudadano por su aporte a la cultura del municipio de Veracruz. Entre sus trabajos literarios se encuentra La tercera H y El paraíso de los locos.




miércoles, 23 de abril de 2014

LAS LLAVES DE LA CIUDAD DE VERACRUZ



REGRESAN A SU LUGAR DESPUÉS DE 100 AÑOS


Por:  Miguel Salvador Rodríguez Azueta/ Presidente de Fundacrover A.C.

“El presidente del ayuntamiento, acompañado de todos los concejales, tuvo el
honor de presentar al emperador las llaves de la ciudad primorosamente
trabajadas y colocadas en una bandeja de plata…” (pág.261)

“El Archiduque Maximiliano de Austria en México” Martin de las Torres, 1867


Presentarle a una persona las Llaves de una Ciudad es un acto simbólico y de gran honor. Es lógico que  las llaves de nuestra casa o del corazón no se entregan a cualquiera,  mucho menos la de la ciudad, por lo tanto el receptor de la misma debe de reunir estrictos requisitos.

El significado del acto de presentación, es que dicho personaje puede tomar posesión de la ciudad o que para la ciudad es un honor tener a tan distinguido huésped – ejemplo la obra de Velázquez intitulada: “La Rendición de Breda”, en la que aparece  Justino de Nassau entregando la llave al general Spinola.

En el caso de nuestra querida ciudad de Veracruz, pocas personas conocían la historia de las Llaves, pues gran parte de los datos que se tenían provenían de leyendas o conjeturas. Sin embargo hace 6 años, la Fundación de la Crónica de la ciudad de Veracruz A.C., se dio a la tarea de investigar el origen y paradero de las mismas, pues sólo se contaba con una foto antigua que había sido publicada en 1969, en la revista “Artes de México” durante los festejos de los 450 años de la ciudad, así las cosas, indagando aquí y allá, se fue aclarando el misterio de su desaparición, la cual se acuerdo a la revista antes citada, había sido sustraídas de la Biblioteca del Pueblo en 1914 (Recinto de la Reforma) y que solo quedaba el estuche vacío, exhibiéndose en el Baluarte de Santiago.

Luego surgió otra duda, en la foto aparecen un par de llaves, siendo común que sea sólo una, pocas excepciones como es el caso de las llaves de Sevilla,  entregada al rey Fernando II “El santo” porque unas representaban a la comunidad de Judíos y las otra a musulmanes, pero en el caso de Veracruz, llegamos a la conjetura eran dos, porque habían sido presentadas a la pareja Imperial Maximiliano y Carlota en 1864, a su arribo a Veracruz, el dato fue corroborado con el testimonio de Martín de las Torres, en su Obra Maximiliano en México (1867) y con algunos datos proporcionados por el investigador Ricardo Cañas, que obtuvo de la obra del Lic. Jaime Baca Rivero.          

  
Así las cosas, y con la asesoría de la Cronista de la Ciudad, la Arquitecta Concepción Díaz Chazaro, nos dimos a la tarea de profundizar en la fotografía, encontrando que se trataba de un exquisito trabajo artesanal de plata con adornos de oro, en cuya parte superior se puede apreciar el escudo de la ciudad otorgado por Carlos V. en 1523.

Curiosamente y para hacer más de leyenda esta historia, la marca para la combinación de la cerradura es un grabado simbólico al parecer de una Logia, observando detenidamente se puede apreciar que es una especie de daga damasquina, que atraviesa una corona de un príncipe. La leyenda cuenta que Maximiliano pertenecía a alguna logia masónica, por lo que su impresión debió de haber sido tremenda.

Gracias al dato proporcionado por Ramón Gómez Barquín, se confirmó la sospecha, habían sido presentadas a la Pareja Imperial en 1864, el dato fue encontrado en el documento  "RESEÑA HISTÓRICA DEL PALACIO MUNICIPAL 1523 A 1618", escrito en 1935 por Juan Klunder y Alberto Uruñuela, señala:

 "1864.  El día 22 de junio de este año el Cabildo, acordó depositar en su propia Tesorería, las dos llaves de plata con adornos de oro, mismas que le fueron presentadas en señal de homenaje a los Emperadores el día de su recepción (29 del mes anterior).  

Dichas llaves fueron manufacturadas por don Mariano Rivera y costaron $100.00.

Desgraciadamente desaparecieron cuando se perpetró el saqueo de Veracruz durante la invasión norte-americana en el año de 1914, dejando para irrisión nuestra el estuche vacío"

Este tesoro histórico estaba bajo resguardo en la Sala de Cabildo del Ayuntamiento, hasta que fueron enviadas a recién inaugurada Biblioteca del Pueblo, donde existía un pequeño museo, posiblemente entre 1871 y 1872, siendo sustraídas durante la intervención Americana de 1914. 

Rescatar la historia de nuestra ciudad no es tarea fácil, por lo que miembros y Socios de Fundacrover, A.C., reconocen y agradecen a las personas que apoyaron la realización de este proyecto, en especial al fino trabajo de la Joyería A.J.C., a la familia Gómez Barquín por su motivación, al Contador Guillermo Larios, al Lic. Jaime Baca, al Lic. Rafael Gil, a la Lic. Rosario Arias Pérez, al Lic. Daniel Galindo y mención especial, a la visión, respaldo y amor por Veracruz del Alcalde Lic. Ramón Poo Gil.


 2.- Replica de las Llaves, Plata y Oro. A.J.C. Joyeros. Foto: Miguel Salvador






1.- Fotos de las Llaves sustraídas en 1914, Fuente: Revista Artes de México, 1969




lunes, 7 de abril de 2014

DE LA INTERVENCIÓN DIPLOMÁTICA A LA INVASIÓN ARMADA, 1914



“LA MEJOR ARMA FUE LA INDIGNACIÓN, ANTE EL ULTRAJE QUE ESTABA  OCURRIENDO”

¡A las armas muchachos, la patria está en peligro!
Comodoro Manuel Azueta Perillos

Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta

El pasado 1 de abril, fue presentado en la Sala de Cabildo del H. Ayuntamiento porteño, el libro: “De la Intervención Diplomática a la Invasión armada, México frente a la Estado Unidos durante 1914”, el primero de cuatro libros que tratará el tema de la intervención norteamericana de abril de 1914.

Al leer el ejemplar, pude comprobar que es un excelente recopilación e Investigación realizadas por  la Unidad de Historia y Cultura Naval de la Secretaria de Marina, con el apoyo de Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y del Gobierno del Estado de Veracruz, a través de la Editora de Gobierno, está ultima se encargó de presentar un edición digna y de calidad, que contiene ocho capítulos, los cuales rescatan anécdotas y datos, olvidados por la memoria colectiva.

Análisis interesantes sobre los antecedentes de la invasión, enfocados en política autónoma de Porfirio Díaz, tendiente a equilibrar la inversiones extranjeras en nuestro país, en donde, de acuerdo a datos  entre 1910 y 1911 la economía mexicana se encontraba en manos de 170 sociedades, de las cuales 130 era extrajeras,  mismas que aportaban el 77% del inversión total a México. El porcentaje de control de estas empresas en la economía nacional - sólo por señalar las estratégicas - era el siguiente: Petróleo 100%, Minería 98.2% y  Agricultura 95.7%

De acuerdo a la Obra, dos fueron las acciones en política exterior de Porfirio Díaz, que le hicieron perder la simpatía de Washington, el incidente de la Bahía Magdalena en Baja California, (Incluso el gobierno americano filtró el rumor de que Díaz pensaba vendérsela a los Ingleses o peor aún a los japoneses) y el caso de rescate del presidente depuesto José Santos Zelaya en Nicaragua en 1909 (Nota Knox)

También podemos encontrar  interesante bibliografía, difícil de conseguir hoy en día,  como el libro de la señora María Luis Melo de Remes, “Veracruz, Mártir , la infamia de Woodrow Wilson (1914)”  editado en 1966, así como partes oficiales  de guerra, crónicas periodísticas extranjeras y un listado de los  combatientes supervivientes por parte de la “Sociedad de superviviente de la patria contra la segunda invasión norteamericana en el H. Puerto de Veracruz”, acta protocolizada en 1945.

Mención especial, merece la crónica del Diario “El Imparcial”, del lunes 27 de abril de 1914,  que detalla la llegada de los jóvenes de la Escuela Naval a la ciudad de México.  “A las 12:30 del 26, llegaron los jóvenes aun portando sus uniformes que usaron durante la resistencia. El señor Élfego Uribe y su esposa Soledad Robles, esperaban noticias de su hijo Virgilio. 

Cuando vieron al comodoro Azueta, el señor Uribe le preguntó que noticias tenía de su hijo, a lo que el militar sólo le mostró una mancha de sangre que tenía en su chaquetón.  El señor Élfego se inclinó llorando y beso varias veces la sangre de su hijo y exclamó: ¡Murió por su patria!, días después el Comodoro pasaría por el mismo dolor, el 10 de mayo de 1914”.

El capítulo 6 a cargo de la capitana Leticia Rivera Cabrieles y del cabo José Herón Pedro Couto, es sumamente enriquecedor de lo que sucedió en la Escuela el 21 de abril, datos precisos: sólo 128  elementos defendían la escuela, la mayoría eran cadetes, casi niños, y cuya mejor arma, como bien señalan los autores del capítulo: “fue la  indignación ante el ultraje que estaba ocurriendo”.

No pierdan la oportunidad de adquirir, este libro, que ya se encuentra en formato digital en la página de la SEMAR.



@miguel_salvador

ANÉCDOTAS DEL 14 ( 5/5)


LAS BALAS DUM DUM, ¿CRÍMEN DE GUERRA O CONTRA LA HUMANIDAD?

“Tuvo el gringo que ponerse muy águila a los “madrazos”, suelta Ulúa a sus rayados, que a palos y sombrerazos dejan a muchos tirados”
Francisco Rivera Ávila


Para finalizar  esta serie de artículos sobre la gesta heroica de 1914, hay una pregunta que creo nunca se ha hecho, ni se hará - por obvias razones- una pregunta que quedará sin respuesta y que yo me hago de vez en cuando.

Las acciones del Gobierno de Estados Unidos en aquellos días del mes de Abril de 1914, ¿fueron  crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad?.

Cualquier abogado con nociones de Derecho Internacional nos diría que efectivamente el 21 de abril de 1914, se violentaron dichas normas, pues de inicio no existía una declaración de Guerra (Caus Belli) entra las naciones, y siendo Veracruz un puerto desartillado en ese entonces y de acuerdo al uso desmedido de fuerza, pues estaríamos ante un acto unilateral y por la tanto un Crimen contra la  Humanidad.

Algún otro abogado, me diría: ¡Oiga pero eso ya pasó!, ¡Las leyes no tienen efecto retroactivo!. Pero yo le diría, que verificara si los caso de Crímenes contra la Humanidad aplica la prescripción, y no sólo eso, tomaríamos de ejemplo los juicios de Núremberg, en los cuales, el Tribunal fue posterior al hecho delictivo.

Pero, eso no es todo, de acuerdo a distintas versiones documentadas, el 21 y 22 de abril (no sabemos si después) se usaron las balas tipo “Dum Dum”, al parecer José Azueta fue herido con dichas balas y posteriormente perdió la vida, no por la falta de atención sino porque las “Dum Dum”  no son balas comunes.

Usted querido lector, opine. Las balas tipo “Dum Dum” son balas explosivas, una especie de Obús en miniatura, que explota al golpear el objetivo. De acuerdo a los expertos: “Al impactar la cubierta se desgarra, permitiendo que el núcleo de plomo se deforme mucho más, lo que causa mayores daños, pudiendo quedar esquirlas de difícil extracción”


Pero eso no es todo, ¿Quieren más?, este tipo de balas fueron prohibidas en la Conferencia Internacional de Paz de la Haya en 1899. ¿1899? ¿1914?.
De confirmarse su uso durante 1914, estaríamos efectivamente ante una flagrante violación los principios internacionales y humanos.
“Dum Dum”, fue el  nombre de un arsenal británico, localizado cerca del pueblo Dum Dum, en Calcuta, India.
Pero, todavía no acabo, el inventor de esta “maldad” fue el Capitán Neville Bertie-Clay. Estas balas estaban destinadas al fusil Mark IV,  y se les conocía como “Mushroom in flesh” algo así como: “El champiñón dentro de la carne”.
¿Hay más? ¡Sí! ¿Para que las utilizaban?  Ni más ni menos, el  ejército británico utilizó este tipo de balas contra asiáticos y africanos, considerada “muy cruel” para uso en guerra contra europeos.
Al prohibirse su uso los delegados de la Convención  alegaron que su utilización era  contrario al espíritu humano, pero la gran pregunta es: Si esas balas estaban prohibidas desde 1899, ¿Por qué se usaron en 1914?.

La pregunta quedará en el aire.


@miguel_salvador

ANÉCDOTAS DEL 14 (4/5)


LAS VERSIONES POPULARES, PACO PILDORA Y  “SÁTANAS”  XIMÉNEZ


“Veracruz que sabe ya más de pólvora que un chino, no se asusta ni flaquea, suena el caracol marino y se alista en la pelea”

Francisco Rivera Ávila


Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta

Dos personajes pintorescos de nuestra querida ciudad, defensores a ultranza de la veracruzaneidad, fueron Francisco Rivera Ávila alias “Paco Píldora y Stuardo Ximénez, alías “Satanás Ximénez”. Nacidos en este Solar jarocho en el primer decenio del siglo pasado, fueron entre sus múltiples empleos,  aficionados de tiempo completo a la historia de su ciudad, digamos que fueron Cronistas sin corona. Gracias a ellos, el día de hoy podemos conocer historias de los héroes desconocidos y anécdotas olvidadas de aquellos aciagos días del mes  de Abril de 1914.

“Paco Píldora”, era pequeño cuando sucedió la intervención norteamericana, en su libro “Sobredosis de humor de Paco Pildora” editado por la Universidad veracruzana  (1996),  señala entre otras cosas que: “El 23 ó 24 de Abril los soldados gringos le permitieron a la gente salir a la calle. No había leche, no había carbón, éste lo tenían que traer de las rancherías de Vergara”  y añade un episodio, en el cual podemos ver, que no todos los comerciantes fueron héroes, en aquella jornada: “Los soldados gringos ante la escasez de alimentos, tuvieron que abrir con hachas las tiendas de abarrotes para repartir víveres a la población”.

“Paco Píldora” no oculta en sus memorias, que la situación económica era difícil para los ciudadano comunes en el puerto ocupado, por lo que describe como era la situación en esos días para los que no pudieron salir: “La primera orden del preboste americano fue: toda la población debe seguir haciendo su vida normal y los contribuyentes deben pagar sus contribuciones. Como mi padre estaba en Monterrey, me puse a vender chicles y tarjetas postales entre los soldados gringos para  ayudarle a mi mamá. No me fue mal pues llegue a vender hasta cuatro cajas de chicles diarias”. (Páginas 7 y 8)

Por su parte, Stuardo Ximénez, en su obra: “Veracruz, un manicomio con vista al mar”  (1985),  hace mención de aquellos héroes anónimos que arriesgaron su vida durante la jornada gloriosa de nuestra querida ciudad: “Entre los defensores de Veracruz estuvieron don Alejandro Sánchez alías “El Pelón” y el cargador de número Aurelio Mojica alías “Balazo”, Renglón aparte merecen el doctor  Cuervo, la madre Luz Nava, del Colegio Josefino y otros veracruzanos que, entre la metralla del enemigo, curaron a los heridos por las balas  Dum Dum. Eso es lo que conmemoramos el día 21 de abril”. (Pág. 77)

Así las cosas, en esta conmemoración de los 100 años, no escucharemos los nombres de dichos personajes, nuestros  héroes anónimos, por lo que seguiremos escuchando a los ya conocidos: Uribe, Azueta y Alacio Pérez.

@miguel_salvador

ANÉCDOTAS DEL 14 3/5


“LOS PROFESORES VERACRUZANOS”

Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta

“La historia no es historia a menos que sea la verdad”

Diez años atrás, el Profr. José Antonio Herrera Cerezo, publicó  una valiosa obra: “La Epopeya de los Profesores en 1914”. Un trabajo compilatorio y de investigación que no debe quedar en el olvido. Gracias al apoyo del grupo Rullán, la SEV, Delegación regional en esta ciudad, el Ateneo Veracruzano y la Biblioteca magisterial, Herrera Cerezo de manera visionaria señalaba que a diez años de la Gesta heroica, corríamos el riesgo de llegar a la conmemoración de los 100 años como lo estamos haciendo, desunidos. Como aquella voz que clamaba en el desierto, el profeta Herrera vislumbraba que grupos civiles y oficiales trabajarían cada quien por su lado en beneficio propio, no se equivocó, demostró que  pueden más los intereses privados y los egos que el supremo interés colectivo de nuestra querida ciudad.

No es un secreto, que a historia oficial dista mucho de la realidad, tan es así que el Mtro. Herrera trae a la luz un dato que echa por tierra la famosa instrucción de tomar a toda costa Veracruz en el 23 de Noviembre de 1914.

Herrera explica que existe un Decreto de perdón que Venustiano Carranza acordó el 8 de noviembre de 1914, el cual beneficiaba a todos los colaboradores del invasor, ósea  un Indulto General a los colaboradores.

En la misma obra, nuestro Profeta porteño,  resalta los nombres de valientes maestros que se opusieron a trabajar para los invasores, entre ellos destacan  María Malard Macarty Abraham Morteo Savignon,  Elena V. del Toro,  Luz María Llorente de Posadas, Mtro. Delfino Valenzuela y muchos otros, cuyos nombres se encuentran un pequeño monumento, ubicado en el Parque Ciriaco Vázquez, por cierto en muy mal estado,  por el lado de la Avenida Hidalgo.


Considero que la obra de investigación del maestro Herrera debe ser de obligatoria lectura por parte de esta generación de profesores, educadores del siglo XXI,  siglo en el que los valores universales brillan por su ausencia (frase jarocha). Vergüenza debería darnos, el que una niña indígena nos señale nuestros errores y fracaso como sociedad.     

Justino N. Palomares en su obra “La Invasión de Veracruz”, (cuadernos mexicanos 968-084-8333-x)  señala que los profesores porteños fueron citados por los mandos de ocupación en el hoy teatro Clavijero. Después de escucharlos, el Mtro. Delfino Valenzuela les dio esta valiente contestación a las ofertas de impartir clases al estilo del programa americano: “Es imposible que trate de obligarnos a asistir a nuestra labores contra nuestra voluntad. Por mi parte declaro que no estoy dispuesto a trabajar. Díganos ustedes, miembros del ejército norteamericano ¿Qué harían en nuestro caso? Supónganse que por un momento fuéramos nosotros lo invasores… ¡nosotros aquí debemos adoptar una actitud de dignidad y patriotismo!”

En mi opinión, creo que debemos mirar al pasado y recordar a aquellos hombres y mujeres que si esperar ordenes de jefes o inspectores (mucho menos de líderes sindicales) asumiendo la responsabilidad de oponerse a tremendo enemigo y sin violencia, solo siguiendo la máxima de Gandhi, “Resistencia pacífica”, sirvieron desinteresadamente a la niñez veracruzana, insisto, sin percibir emolumento alguno y sorteando peligros latentes, hasta de muerte.


Herrera Cerezo señala “Se trata de una valiosa dedición colectiva inspirada en la ideal liberal de la educación como derecho fundamental del pueblo mexicano, pero había que defender el postulado asumiendo la responsabilidad de la desobediencia a un mandato extranjero llamado ley marcial”. (Pág. 84).

ANÉCDOTAS DEL 14 2/5


“JOHN H.  RUSSELL Y  EL TACOMA”

Por: Miguel Salvador RodrÍguez Azueta

“Vuelve el Tacoma a mis hermosas y queridas playas, más el destino, justo e implacable, en revancha, lo envuelve en nuestras aguas.
Elías López

En esta ocasión, extraemos  de “La Invasión Yanki de 1914” de Justino Palomares,  un par de anécdotas. Cabe hacer mención que Justino Palomares fue testigo del os hechos de 1914, su obra fue redactada en 1919,  editada en 1940 y re editada en 1981 por la SEP y la CONASUPO, dentro de la colección “Cuadernos Mexicanos”.

Iniciamos con “La carrera de Russell”. Cuenta la anécdota, que el Mayor John H. Russell Jr.,  comandaba un regimiento americano durante la invasión de abril de 1914, y que durante un patrullaje, fueron sorprendidos por un “paisano” desarmado, que acompañado de su familia ondeaba una bandera blanca, lo que provocó que el Mayor y su regimiento salieran huyendo.  

Esta anécdota durante mi juventud inflamó mi orgullo nacionalista, pero en la actualidad creo más que fue más propaganda y  fantasía de Palomares que realidad. Investigando acerca de este personaje, encontré un documento del año 1987 que me dio luz al respecto, se trata de los registros personales de John H. Russell, Jr. 1872-1947, compilado por el Teniente Coronel R.T. Mac Pherson, este documento fue editado por la división de historia y museo del Comando Central de los US Navy.

De la lectura de los documentos, se destaca que el señor Russell, ciertamente tuvo problemas con la promoción de ascenso militar, pero no por el caso Veracruz, sino por cuestiones políticas, su paso por la administración del gobierno de Haití, durante la ocupación Yanqui se aquella isla 1915-1934 dejo mucho que desear  (de la que nos salvamos), no se menciona el asunto de “La carrera de Russell” de Veracruz, y Justino Palomares aclara que la transcribió de una nota publicada por el  diario Excélsior el 5 de marzo de 1935.

El documento es interesante, porque narra la vida militar de Russell, pero también porque hay detalles que llaman la atención sobre todo en fechas, de acuerdo a los documentos, la fecha de su salida de Veracruz es de 5 de diciembre de 1914, cuando oficialmente se narra que se fueron el 23 de noviembre, si esto fuera así, mi mente infantil no estaría tan mal, por una foto que recuerdo haber visto de Carranza acompañado de las tropas americanas en Veracruz, esa foto no la volví a ver, al parecer, hay algo turbio en todo esto.

Así las cosas Mr. Russell, siguió ascendiendo dentro de la marina americana, y ocupando puestos importantes hasta que falleció en 1947.

Por lo que respecta al buque tipo crucero “Tacoma”, este barco de guerra tiene una historia y anécdota singular, respecto a Veracruz.

Bautizado en honor de una ciudad portuaria del Estado de Washington, el Tacoma fue un barco de 3200 toneladas, el 5° de 6 de la clase Denver: “Cruceros protectores”,   armado con 10 cañones de cinco pulgadas, fue botado en Mare Island, California, y comisionado desde enero de 1904 a las costas de centro  y sud américa, tenía una dotación de 309 hombres, con 308 pies de largo y 44 de ancho. (fuente: http://navalwarfare.blogspot.mx/2010/04/uss-tacoma-c-18pg-32cl-20.html)

El Tacoma formó parte de los buques  que atacaron nuestra ciudad en abril de 1914, la 
anécdota justiciera nos narra que el 16 de enero de 1924, el Tacoma de regreso por estas aguas, encalló en los arrecifes de la “Blanquilla”, no pudiendo repararlo, fue dado de baja por la armada americana  y vendido como fierro viejo septiembre de ese año.

Trascribo parte de los versos de Elías López al respecto: “Y ahí se miran sus restos todavía, teniendo al alto cielo que atestigua que este mar inmenso de mi tierra se tarda en castigar…. Pero castiga”


@miguel_salvador



ANÉCDOTAS DEL 14 1/5


Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta

“I heard Woodrow Wilson's guns, I heard Maria crying
Late last night I heard the news, That Veracruz was dying
Veracruz was dying…”
Warren Zevon, Veracruz 1978

En el año 2005 se publicaron dos libros sobre  las anécdotas de la gesta heroica de 1914: “Los profesores del 14”,  de Antonio Herrera Cerezo y  “Heroica Veracruz de 1914”, de Antonio Salazar Páez.

Estamos a dos meses de conmemorar este hecho histórico, pocos son los que se percatan que a marchas forzadas se realizan actividades para dicho evento. Por parte del Gobierno del Estado, la Editora publicará algunos libros con información oficial acerca del tema, por parte de la Armada la remodelación del museo naval sigue adelante, y así por el estilo, desde las instancias oficiales hasta las asociaciones civiles, quieren aportar su grano de arena,  pero, - siempre hay un pero.

A todos los organizadores, -oficiales y no- se les escapa, que si bien es cierto, que durante los funestos hechos de 1914  surgieron figuras relevantes como  José Azueta, Virgilio Uribe y Jorge Alació Pérez, miembros de la milicia, no menos cierto es - y aquí hay que resaltar- la oposición, más que defensa, estuvo a cargo de ciudadanos comunes como usted o como yo, que en su mayoría, no tenía adiestramiento y que ofrendaron su vida por este pedacito de patria que sabe sufrir y cantar.

Por ello la importancia de  publicaciones caseras como: “Heroica Veracruz de 1914”, en donde  encontramos  datos y  anécdotas que no están en las partes ni en las fotos oficiales, “para muestra un botón”: ¿Cuándo el lector ha visto un soldado americano de color en las fotos oficiales sobre el 14?, testigos de los sucesos aseguraban que fueron los primeros en bajar y recibir las descargas de los jarochos.

En estos días, iré presentando dichas anécdotas. En esta ocasión, quiero hacer mención del caso Estela Campos,  una jarocha, que durante la gesta heroica fue testigo  cuando un soldado de “color” asesinaba a su esposo a las puertas de su domicilio.  Presa de rabia, Estela no lo pensó dos veces, teniendo a la mano solo un pesado “metate” (piedra para aplanar las tortillas)  se lo lanzó a la cabeza al invasor, haciendo que el “Marine” perdiera el conocimiento, acto seguido la señora Campos procedió a rematar al soldado invasor con el mismo rifle con el que se había ultimado a su esposo.

Esta anécdota tal vez hubiera quedado en el olvido, pero en 1959 Salazar Páez entrevistó a algunos testigos de los hechos, confirmando la acción de la señora campos quien durante mandato del gobernador  Marco Antonio Muñoz, se presentó con él para entregar el rifle y entregarse ella. Una vez que conoció la historia, el mandatario ordenó que el rifle fuera entregado a la Escuela Naval y a doña Estela se le apoyara con servicios médicos en el hospital regional.

De acuerdo a la investigación recabada por Salazar Páez, la señora Campos murió en la pobreza y en el olvido.

Como escritor y veracruzano - casi emulando a Jesús Reyes Heroles- diré que por lo que a mí respecta, no permitiré, que en estos 100 años, estas personas  sigan en el olvido. ¡Sí! ¡Larga vida a los Azueta, a los Uribe y a los demás personajes ilustres!, pero también, a quienes no lo fueron, pero cuya sangre también corrió durante aquel  funesto abril de 1914.


Para escuchar la canción de Warren Zevon, Veracruz siga la liga: http://www.youtube.com/watch?v=_O2qJ0JXjug&feature=kp