martes, 20 de marzo de 2012

LOMA PELONA Y LA BATALLA DE TOLOMÉ DE 3 DE MARZO DE 1832

Por: Miguel Salvador Rodriguez Azueta/FUNDACROVER A.C


 El municipio de Veracruz  y sus cercanías nos ofrecen una vasta cantidad de sitios culturales dignos de recorrer. Por ejemplo, un fin de semana - en vez de estresarse buscando un lugar para estacionarse en el “palomar” de un centro comercial-  dedicarse a recorrer los pintorescos pueblos que encuentran  a la orilla de la antigua carretera Veracruz-Xalapa, el famoso Camino Real.

Saliendo por el norte de la ciudad de Veracruz,  pasando Santa Fe,  el primer punto digno de mención es la entrada a la comunidad llamada Vargas, lugar que durante la primera mitad del siglo XIX fuera sede de la famosa hacienda de Manga de Clavo, en donde un solo hombre desidia los destinos de la nación. Pasando la comunidad de Puente Jula, llegamos a la población de Tolomé, perteneciente al municipio de Paso de Ovejas. El pueblo cuenta entre sus atractivos con una poza en donde los lugareños acuden a nadar en época de calor, un pequeño parque de base ball que los domingos es una locura, un hermoso escenario natural que sirvió para la filmación de la película Apocalipto de Mel Gibson y  un hecho histórico que debiera ser explotado por los lugareños, pero que desafortunadamente la mayoría desconoce y me refiero a que en dicho lugar el 3 de marzo de 1832 tuvo lugar una batalla entre las tropas del general Antonio López de Santa Anna  y las del ejército regular del presidente Bustamante al mando del General José María Calderón. Gracias a la traducción del diario un sobreviviente, el alemán Eduard Harkort (La derrota de Santa Anna en Tolomé, Louis Brister, Robert Perry, Southwest Texas State University) podemos contar con información relevante de lo que sucedió aquella mañana de marzo.  Previo a los hechos, pondré brevemente al lector en antecedentes. Desde el pronunciamiento en Veracruz por la guardia de San Juan de Ulúa en Febrero de ese año, Santa Anna  se había limitado a hostigar  desde su base en la ciudad amurallada a las tropas al mando del General Calderón, quien era antiguo enemigo suyo. De acuerdo a Harkot  las tropas del gobierno les superaban tres a uno, además de que eran tropas regulares y los “alzados” se componían en su mayoría de “jarochos” voluntarios admiradores del Santa Anna. Harkot menciona que al estar cavando trincheras cerca de rio medio, se percató que los soldados del gobierno se retiraban rumbo a Xalapa, recibiendo la orden el primero de marzo de detener las obras de defensa y en compañía de Santa Anna y el grupo de los “alzados”  se dispusieron a perseguir a la tropa del ejercito de Calderón sin contar con artillería, alcanzándolos cerca de un puente, “el único sobre el rio”, en el camino principal de Veracruz a Jalapa.  En mi opinión Harkort tal vez se refería al que estaba en el camino real a la entrada de Paso de Oveja y que fue destruido por la creciente del rio durante el paso del huracán Car en el 2010. Por Harkot   también sabemos que Juan Andonaegui y Pedro Telmo Landero, militares cercanos a Santa Anna  y veteranos de la Batalla de Tampico fueron masacrados. Andonaegui al dirigir un ataque de su batallón para tomar la artillería enemiga al otro lado del puente,  fue recibido por una descarga de metralla, Pedro Telmo y sus hombres fueron muertos en una loma cercana, cercados por infantería y caballería. Ambos fueron enterrados con honores en el cementerio nuevo de Xalapa en 1833.

Si este hecho no fue en el puente colonial que hasta hace unos años existió en la entrada de Paso de Ovejas, tal vez pudo ser en un pequeño rio a las afueras de Tolomé llamado Loma Fina y que según los pobladores era conocido como Loma Pelona, porque los ancestros les comentaron que un “pleito entre  gente de gobierno”  tanta fue la cantidad de muertos que tuvieron que incinerarlos y que el pasto no volvió a crecer en mucho tiempo. Leyenda que refuerza lo escrito por Enrique Serna en su obra El Seductor de la Patria,  cuando al referirse a dicha batalla afirma que en  aquel lugar no volvió a crecer la yerba y espantaban.

No cabe duda que nuestro Estado alberga un buen número de sitios e historias que conocer, el municipio de Paso de Ovejas a 15 minutos de Veracruz es uno de ellos. De hecho, aprovecho para agradecer el apoyo del profesor  Gonzalo Varela, Director de la danzonera la playa y oriundo del pueblo quien gentilmente me asesoró para el desarrollo de este y otros artículos que serán publicados próximamente.

La gesta Insurgente del 7 de julio de 1821, hecho de armas ocurrido en las calles del centro histórico de Veracruz.

Por:  Miguel Salvador/FUNDACROVER A.C.

Disculparan mi insistencia, pero creo necesario y hasta indispensable traer a la memoria colectiva  hechos pasados que confirman la importancia histórica de la antigua ciudad de Veracruz  y que hoy a escasos 7 años de conmemorar nuestros 500 años de fundada debemos de preservar y difundir entre nuestros hijos.

Gracias al trabajo de investigación y recopilación del  Dr. Juan Ortiz Escamilla hace dos años se publicó la obra: “Veracruz, la guerra por la independencia  1821-1825”. El Dr. Ortiz tuvo acceso a importantes archivos históricos como el de la defensa nacional en México y  el  militar de Madrid entre otros, por lo que  podemos hacernos una idea más clara de los hechos que tuvieron lugar el día 7 de julio de 1821 en la ciudad de Veracruz.

¿Qué sucedió ese día? Bien, por razones de espacio, extractare los hechos más importantes de siguiente manera:  Siendo las 3.30 de la madrugada del 7 de julio,  tropas insurgentes al mando del brigadier  Santa Anna logran apoderarse del baluarte de San José y San Fernando, que se encontraban aproximadamente en lo que hoy es la escuela Josefa Ortiz de Domínguez y los edificios que están sobre Rayón hasta llegar al Café de la Merced, logrado el objetivo la avanzada logra abrir la puerta Merced que se encontraba en la parte sur de la ciudad y que actualmente es la entrada de la avenida Independencia antes calle Real.

Una vez abierta la puerta Merced el grueso de la infantería y caballería insurgente  entra a tropel por la calle Real (Independencia)- entre gritos, amenazas y toques de clarín que ordenaban Degüello-   doblando en la calle del Vicario –hoy Mario Molina- dividiéndose los grupos, uno trata de tomar el palacio de gobierno por el portal de Miranda y otro coloca un cañón de a 4 en la esquina de la hoy avenida Zaragoza para atacar la aduana. Los oficiales Realistas una vez repuestos de la sorpresa ordenan a la tropa que mantengan el baluarte Santiago y que las tropas que habían abandonado los  baluartes de santa Barbará, santa Gertrudis y san Xavier, regresen a sus puestos.

 Al clarear el día,  refuerzos realistas desembarcan en el muelle, provenientes del castillo de San Juan de Ulúa y de los buques de guerra anclados. Estos son soldados profesionales del regimiento de Mallorca y tropa de marina, se dividen en dos grupos  haciendo retroceder a los insurgentes, quienes en su mayoría  al carecer de instrucción militar estaban más entretenidos en la rapiña que en mantener sus puestos. Así las cosas los soldados del rey fueron rechazando a los atacantes  hasta la puerta Merced,  misma que  fue cerrada por las tropas que se habían resguardado en el baluarte Santiago, transformándose la retirada insurgente en una desastrosa huida, no pudiendo escapar todos por la puerta se dice que muchos saltaban desde los baluartes del sur, siendo balaceados por los baluartes.

Los Realistas contaron entre muertos y heridos 300 hombres, un cañón de a 12, uno de 6, municiones, una bandera, dos cajas de guerra, dos cornetas, una bandera, 50 fusiles y 120 caballos.

En carta 18 de julio, Santa Anna solicita a Iturbide de ser posible 1000 hombres y oficiales, porque da a entender que sus soldados aunque valientes no son militares profesionales.

Así las cosas y aunque actualmente se minimiza este hecho de armas, hay que reflexionar que días después arriba a la ciudad don Juan O´Donojú, encontrando un panorama desolador, la ciudad sitiada y la guarnición escasa, lo que en mi opinión favorece que los tratados de Córdoba sean firmados a los pocos días.